La aldea de A Peneda, en Arnoia, es un claro ejemplo del abandono rural en Galicia. Antaño vibrante con una próspera industria vitivinícola, hoy sus ruinas y muros cubiertos de musgo se mimetizan con el paisaje boscoso. El abandono posiblemente ocurrió antes de mediados del siglo XX.
La aldea de A Peneda, en Arnoia, es un claro ejemplo del abandono rural en Galicia. Antaño vibrante con una próspera industria vitivinícola, hoy sus ruinas y muros cubiertos de musgo se mimetizan con el paisaje boscoso. El abandono posiblemente ocurrió antes de mediados del siglo XX.