El encanto de Montederramo se despliega en la confluencia entre la majestuosa Ribeira Sacra y el imponente Macizo de Queixa-Manzaneda. Al norte del ayuntamiento se alza la Sierra de San Mamede, un preludio de un vasto conjunto montañoso que conforma el Macizo Central Ourensano, un Lugar de Interés Comunitario de belleza inigualable. En la extensión de la Sierra de San Mamede yace el misterioso "Bidueiral de Montederramo", un bosque diverso habitado por abedules, acebos, robles, retamas, helechos y una rica fauna que incluye desde jabalíes, corzos y ciervos hasta águilas, búhos, azores y una variada vida silvestre.
Abedules y leyendas
Los abedules, una vez abundantes por su madera versátil, fueron elementos fundamentales en la carpintería local y la fabricación de instrumentos agrícolas como los zocos de Vilariño Frío. Este bosque ha sido testigo de historias entrañables pero también ha albergado una leyenda oscura: el escenario predilecto del infame hombre lobo, Romasanta.
Manuel Blanco Romasanta, conocido como "O do Unto", confesó en el siglo XIX su transformación en hombre lobo durante las noches de luna llena debido, según él, a una maldición. Su leyenda dio origen a relatos como el "Home do Saco" o el "Sacamantecas", y su presencia como hombre lobo aún se evoca en las noches de luna llena entre los rincones del bidueiral. Es el único caso de licantropía registrado a nivel estatal.