Una de las imágenes icónicas de la ría de Vigo frente a la costa de Cedeira, en Redondela, es el viejo Cargadero Coto de Wagner, también conocido con el nombre de la empresa que lo gestionaba, la Minero Siderúrgica de Ponferrada. El nombre de Coto Wagner, como el gran compositor alemán, le viene dado por el nombre de una de las minas del Bierzo desde la que llegaba parte del mineral a cargar.
Un impulso a la exportación de mineral
A lo largo del siglo XX países como Reino Unido o Alemania reclamaban la importación del mineral que era extraído de las minas gallegas. El puerto de Vigo era uno de los lugares estratégicos para la salida de este productos y fruto de las limitaciones del propio puerto de la ciudad se decidieron construir específicos cargaderos de mineral en medio de la ría. El de Coto Wagner fue uno de los dos cargaderos que se construyeron en esta ría.
La construcción del Cargadero de la Minero Siderúrgica de Ponferrada se puso en marcha a comienzos de los 60 y para el año 1965 ya estaba terminada para comenzar a funcionar a pleno rendimiento un año después. El ingeniero Eloy Fernández-Valdés Rodríguez fue el responsable del diseño de este cargadero que permitía cargar hasta 2.000 toneladas de materiales cada hora de trabajo.
Junto a este cargadero podían atracar barcos de hasta 40.000 toneladas a la espera de ser cargados con todo el material. Tres grandes plataformas de hormigón conforman el corazón del cargadero y sobre estas está todo el puente metálico que las une. Esta estructura era sobre la que se arrastraba el mineral hacia el barco a través de una amplia cita transportadora. El alado del pantalán era de 10 metros.
Decadencia
Hoy el viejo cargadero de Coto Wagner es solo un esqueleto de lo que fue esta industria exportadora de mineral. Las instalaciones están hoy en estado de abandono y el cargadero no está en uso. La empresa gestora de las instalaciones entró en crisis algo más de un lustro después de comenzar a funcionar su cargadero de la ría de Vigo y para 1974, menos de una década después de inaugurar la plataforma, el cargadero frente a Cedeira dejó de usarse.
Hoy lo que vemos es solo el recuerdo de lo que fue esta gran industria de exportación que traía materiales procedentes de las minas gallegas y del Bierzo. Las grandes plataformas de la ría, así como la estructura metálica ya oxidada son el recuerdo de un motor económico que en poco tiempo llegó a movilizar hasta 3 millones de toneladas de mineral.