Castillos
RuinasEn el Ayuntamiento de Folgoso do Courel podemos visitar el Castillo de Carbedo. Esta localidad que se encuentra cerca de la frontera entre Galicia y León se caracteriza por sus cadenas montañosas y, entre estas montañas, se encuentra este conocido castillo medieval de origen incierto.
En las cercanías del Castillo de Carbedo se encontró una Tabla de Hospitalidad, datada del año 28 a.C., que se conserva en el Museo de Lugo.
Características del castillo
La Fortaleza de Carbedo se encuentra situada a unos 930 metros de altura del nivel del mar en un lugar de paso dentro del antiguo camino que comunicaba Galicia con el Bierzo, sobre una gran roca de 20 metros de altura que le sirve de defensa natural. La misión de este castillo era la de defensa y vigilancia del paso entre Lugo y León.
En la actualidad, aunque su aspecto es ruinoso, se conservan parte de sus muros y del torreón circular y algunas divisiones del interior del castillo. Estudios de escritos históricos indican que la fortaleza contaba con patio de armas, cocina, horno, capillas y una habitación. La torre de homenaje contaba con dos pisos de madera y planta cuadrada. Más adelante, a comienzos del siglo XVI, se procedió a añadir el torreón circular que hoy aun se conserva en parte y en el que había una mazmorra y otra habitación.
Estudios históricos
No se sabe la fecha exacta de su construcción. El Castillo de Carbedo fue objeto de exploraciones arqueológicos en la década de los 70 y a finales de los 90 se publicó un libro de estudio sobre la historia de la fortaleza que profundiza todavía más en su historia y da algunos apuntes interesantes acerca del lugar que incluso apuntan a una antigüedad superior a lo que inicialmente se pensaba.
Así, el estudio afirma que existe un escrito de finales del siglo XII que hablan de una fortaleza en Courel que bien podría identificarse con la mencionada. Se trata de una carta de donación en la que el hidalgo Nuño Peláez lega la propiedad en la que se encuentra el castillo a la Orden de Santiago. Se cree incluso que esta fue la primera posesión de estas características en poder de la orden monástico-militar, que por entonces era de reciente creación.
La Orden estuvo en posesión de la fortaleza por pico tiempo, pues le fue confiscado por el rey Alfonso IX hacia final de siglo y dos décadas después lo volverían a recuperar para su gestión durante varios siglos. No fue hasta el siglo XV, pasadas las revueltas irmandiñas, cuando la fortaleza pasó a otro gestor. El conde de Lemos, Pedro Álvarez Osorio, la ocupó.
Ya hacia finales del siglo XVI, fecha de la que datan las últimas intervenciones y reformas en el castillo, la fortaleza empezó su decadencia hasta acabar en el estado ruinoso actual.
