En la parroquia de Vilarello, concello de Cervantes, se encuentra ubicado el Castillo de Doiras. Se trata de una vieja fortaleza que hoy en día está catalogada como Bien de Interés Cultural tras su nombramiento en el año 1994.
Inexpugnable
El Castillo de Doiras se alza en una loma en un paraje de impresión como es la sierra de los Ancares. La construcción se alza a casi 750 metros sobre el nivel del mar y tiene dominio visual de los valles entre los que se encuentra, el del río de Riamonte y el del Vilarello. Su ubicación y su construcción son precisamente dos de sus puntos fuertes desde el punto de vista estratégico en lo defensivo. La zona en la que se encuentra era una importante zona de paso tanto en las peregrinaciones hacia Santiago de Compostela como en la antigua y romana Via XIX.
El Castillo de Doiras que hoy podemos ver en el valle es una fortaleza que se data en el siglo XV, pero con más historia detrás de sí. Se sabe que anteriormente podría haber existido un castillo previo que fue destruido por las revueltas irmandiñas y reconstruido por tanto en años posteriores por los mismos que formaron parte de esta revuelta. El edificio se alza además en un lugar en el que se sabe que existió previamente un poblado castrexo, algo habitual en este tipo de construcciones.
A pesar de que el castillo no presenta unas malas condiciones de conservación, desgraciadamente se encuentra en esta de abandono y no es visitable. Curiosamente en los 80 del siglo pasado su último propietario conocido había invertido patrimonio en restaurarlo y prepararlo para que pudiese recibir visitantes. Antes la fortaleza estuvo vinculada a la familia Moirón o al Conde Grajal Campos.
¿Cómo es el edificio?
La estructura del castillo de Doiras es la de una fortaleza de robustos muros de mampostería de pizarra que llegan a alzarse a unos 8 metros de altura y que superan el metro de grosor. Estos dan forma a una composición de forma cuadrangular de cerca de 500 metros cuadrados de superficie.
El elemento más significativo de este castillo es sin duda su torre homenaje, una torre de 14 metros de alto y planta rectangular que es lo más llamativo de la silueta de esta fortaleza, pero no la única torre presente al estar acompañada por otra menor altura y planta de formas más redondeadas. El acceso principal a su torre más alta se hace por medio de una portada de arco de medio punto y a través de ella podemos introducirnos hacia el corazón del recinto amurallado, el patio de armas.