CastillosEl castillo del Cardenal es una fortaleza defensiva que se encuentra situada en la localidad de Corcubión, concretamente en Punta Cantelo, y forma una batería defensiva con un castillo situado justo en frente, al otro lado de la ría; el Castillo del Príncipe de Cee. Está considerada monumento histórico-militar desde el año 1994.
Bastión defensivo
Los ataques que por mar llegaban a la costa gallega en el siglo XVIII por parte de la marina británica fueron los que descaderaron la decisión de levantar esta fortaleza defensiva como elemento para vigilar la entrada por mar en esta zona y desbaratar cualquier intento de acercamiento a la costa. El trabajo de construcción arrancó bajo la dirección de Lana Ferrieri y fueron Francisco Llovet y Carlos Lemaur los que terminaron de levantarlo hacia el comienzo de la segunda mitad del XVII.
Se levantó entonces este bastión defensivo para proteger la ría de Corcubión con las dotaciones del Castillo del Cardenal y el Castillo del Príncipe, en la otra orilla. En el caso de la fortaleza situada en Corcubión, estaba preparada para albergar una batería de hasta doce cañones apuntando hacia el mar y cerca de un centenar de hombres podían formar parte de la dotación militar del castillo. Este castillo fue necesario, por ejemplo, para proteger la zona de la invasión francesa en 1809 pero en esta batalla fueron las tropas napoleónicas las que acabaron por quemar las instalaciones intramurallas del castillo.
Con el paso de los años el baluarte defensivo terminó siendo innecesario, pues los ataques piratas y de marinas invasoras dejaron de ser un problema y con ello el Castillo del Cardenal entró en una fase de abandono que desencadenó, a mediados del pasado siglo XX, su venta por parte de la Administración. Actualmente el Castillo se encuentra bajo gestión privada.
¿Cómo es el Castillo de Cardenal?
Aunque antes hemos citado la dotación de los 12 cañones pensados para la defensa del castillo, lo cierto es que la estructura estaba concebida para hasta 17 cañones diferentes apuntando en varias direcciones. Todo ello cerrado por una muralla que daba la posibilidad de acostarse y protegerse a los soldados con sus fusiles. La muralla estaba precedida del foso.
No existen pruebas, aunque sí la leyenda, de que había una cadena que mantenía unidas la fortaleza de Corcubión y su hermana de Cee y que serviría de barrera en caso de que los barcos intentasen penetrar en la ría. No se han encontrado evidencias de ellos.
