En el valle de Vimianzo nos encontramos con un singular yacimiento arqueológico, el Castro das Barreiras. Es un gran ejemplo de estructura defensiva que data de la Edad del Hierro y que ha sido trabajado en diferentes excavaciones para su estudio.
Edad del Hierro
Como ya hemos dicho, el Castro das Barreiras es un poblado que se data en la Edad del Hierro, entre los siglos III y I antes de Cristo. Los estudios realizados en él no han detectado señas de romanización en sus restos como sí ha ocurrido en otros castros de Galicia en los que se aprecia una convivencia entre castreños y romanos durante algunos siglos. Sí se han encontrado señales de lo que pudo ser el final de la vida en el castro, pues las cenizas que han aparecido en el lugar invitan a pensar que el poblado fue abandonado víctima de un incendio.
Los trabajos arqueológicos en el castro se agilizaron a partir del año 2010 bajo la dirección de Ángel Concheiro. En esta prospección arqueológica aparecieron restos de tres construcciones de planta circular que presentaron un gran estado de conservación y ceniza en su interior que permitió hacer la hipótesis del incendio. Junto a los edificios, aparecieron también cuantiosos elementos de cerámica o hierro. Este lugar sigue abierto hoy en día a más trabajos de investigación y puede ser visitado.
¿Cómo es el castro?
El Castro das Barreiras tiene una superficie aproximada de unos 4.000 metros cuadrados. Tiene una estructura en formato ovalado, siendo el eje longitudinal de unos 110 metros de largo en orientación norte-sur y el transversal de unos 65 metros.
Las excavaciones llevadas a cabo en el castro han permitido sacar a la luz gran parte de lo que se ocultaba bajo tierra. Hoy se puede discernir lo que fue el poderoso foso que rodeaba el poblado y que antecedía a una importante muralla que se cree que pudo llegar a ser en alguno de sus tramos de hasta 8 metros de altura. Es precisamente una de las características más notables de este yacimiento y por las cuales se le conoce como el Castro das Barreiras, pues dicha altura en los muros no era muy frecuente en la época. Se cree que el poblado era, probablemente, más importante en tamaño de lo que hoy pueden dar a entender sus restos.
El motivo de tanta protección lo explica la ubicación de castro, que en este caso no se localiza en un lugar de altura o protegido por la orografía del espacio, sino en una zona más vulnerable a ataques, pero de riqueza en las tierras para el cultivo.