El Conjunto Asolagado o la Vila Asolagada de Portomarín es todo el conjunto de viviendas, plazas y edificios que se quedaron bajo el agua cuando en el año 1957 se decidió construir el embalse de Belesar, una de las más importantes contracciones hidráulicas de Galicia y del Miño.
Dos barrios separados por el Miño
La antigua villa de Portomarín que quedó bajo las aguas del río estaba dividida en dos barrios, precisamente con el Miño haciendo de frontera natural entre ellos. A la izquierda del río estaba el barrio de San Pedro y en el margen derecho el de San Xoán. Estos dos barrios parten del germen de una villa que está relacionada con el fundador del monasterio de Celanova, el conde padre de San Rosendo.
Por fortuna para la preservación del patrimonio histórico de la villa, en el momento en el que se decide inundar las tierras ocupadas por el viejo Portomarín, se toma también la decisión de preservar todo su patrimonio importante, ya sea el civil o el religioso.
La villa bajo el agua todavía se puede ver en momentos de bajo de menos capacidad del embalse. Los edificios o construcciones más reconocibles están los viejos embarcaderos del río o las pesqueras, así como algunas de las calles de sus antiguos barrios o el viejo palco de la música que estaba junto a la vieja iglesia.
Las viviendas antiguas y algunos de los molinos que utilizaban la fuerza de descenso del Miño también forman parte del paisaje inundado o algunos restos de lo que fueron los viejos puentes que servían para comunicar los dos barrios de Portomarín viejo. De ellos es especialmente importante uno de ellos, de origen romano y que fue durante varios siglos la principal zona de cruce del río en la zona. Hoy bajo las tierras inundadas solo se conserva de ese puente romano una parte de uno de los arcos que lo componían.
Un pueblo mudado piedra a piedra
Así, parte de los edificios de este conjunto asolagado fueron movidos piedra a piedra con mucho esfuerzo y trabajo para ocupar el espacio que hoy ocupa el nuevo pueblo desplazado por el embalse. Esto permitió que se conservasen iglesias como la de San pedro o San Nicolas o pazos como el de los Pimentales, el de Berbetores o Pazo de Conde de la Maza (siglo XVI).