Galicia es un tesoro de historia y naturaleza, y el Conjunto Rupestre de Seselle, en el municipio de Oza-Cesuras, es uno de esos lugares donde la magia del pasado parece cobrar vida. Este enclave se encuentra rodeado por un paisaje natural típico de la región, repleto de colinas y bosques que guardan siglos de historia bajo sus pies. El descubrimiento de estos grabados paralizó incluso la implantación de un parque eólico en la zona.
Diez estaciones rupestres con grabados geométricos
En Seselle, los visitantes pueden admirar hasta diez estaciones de arte rupestre. Estas inscripciones prehistóricas están talladas en grandes rocas de ortogneis, una piedra oscura y extremadamente dura característica del entorno. Las superficies grabadas, en su mayoría horizontales, destacan por su tamaño, alcanzando los dos metros de altura o más, lo que añade majestuosidad al lugar.
Los grabados pertenecen al estilo geométrico, donde los círculos concéntricos son los protagonistas. Estas figuras evocan preguntas sobre su significado, conectándonos con las personas que las crearon hace miles de años.
El Conjunto Rupestre de Seselle se encuentra cerca de otros lugares de interés histórico, como los castros de Bandoxa y Cabreira, antiguos asentamientos fortificados que hablan de la vida en épocas celtas. También en las proximidades está la necrópolis megalítica de Seselle/Brueiro, compuesta por siete mámoas, y los restos atribuidos al castillo de Teodomiro, en el vecino municipio de Aranga.