La Ermida de San Guillerme o Ermita de San Guillermo se encuentra en la localidad de Fisterra. Se trata de los restos o ruinas de una ermita que fue destruida en el Siglo XVIII por los franceses. Estas ruinas se encuentran en lo alto del Monte do Facho, en una zona desde la que se puede disfrutar de unas preciosas vistas hacia el interior de la ría de Corcubión y el Monte Pindo.
Actualmente, de estos restos podemos presenciar las ruinas de los muros laterales de la ermita junto a un lecho de piedra y sepulcro antropomorfo. El recinto se cerraba con una roca natural de considerables dimensiones.
El templo original de culto pagano localizado en el lugar se mantuvo en activo hasta el siglo XI, momento en el que el lugar fue cristianizado para levantar en él una capilla dedicada a San Guillermo. El espacio fue destruido por el claro motivo de ser un espacio dedicado a rituales paganos alejados de la línea catolicista predominante. Se dice que el templo pagano anterior a la capilla puede remontarse a los siglos VII u VIII.
La forma más sencilla de llegar hasta las ruinas de la Ermida de San Guillerme es acceder a través del vial que lleva al Faro de esta localidad. Unos 300 metros antes de llegar al faro se debe coger una carretera en dirección a la vieja estación de radiotelegrafía, de la que parte la pista de barro que lleva directamente hasta la ermita si se avanza poco menos de medio kilómetro por ella.
La leyenda de fecundidad de la Ermita de San Guillermo
La Ermita ha sido asociada desde tiempos pretéritos con la mitología de la fecundidad en un lugar que debía su culto al sol (Ara Solis). La pieza más destacada de este complejo histórico es una piedra o losa horizontal situada junto a la ermita y en la que se decía que debían descasar los matrimonios durante una noche para conseguir destronar su esterilidad y ganar la posibilidad de concebir una nueva criatura al mundo. Esta losa es conocida como Cama do Santo.
El misterioso ermitaño
Se desconoce a ciencia cierta quién es el misterioso morador responsable de dar nombres y rebautizar la hoy ruinosa Ermita. Algunas voces apuntan a que es Guillermo X, el Duque de Aquitania, quien vivió en este espacio. Este personaje fue inmortalizado por el populacho con el nombre de Don Gaiferos y fue un peregrino que pereció a su llegada a Santiago de Compostela allá por el siglo XI.
Otras voces se decantan más por otro San Guillermo, en este caso el conocido por Guillermo de Gellone o Guillermo I de Tolosa. En este caso hablamos de un hombre que vivió en la era de Carlomagno y conocido por sus labores de transporte de pellejos de vino montando en un asno.
Multitud de textos antiguos hacen referencia a esta ermita sin dejar claro quién habitaba en ella, pero siempre haciendo referencia al término de San Guillermo.