La ex colegiata de Santiago es uno de los principales monumentos del municipio de Cangas do Morrazo. Se trata de un templo religioso que le debe su apariencia actual mayormente a los trabajos realizados en ella durante el siglo XVI y que se encuentra en un espacio en el que se cree que antes había un templo de culto mucho más antiguo.
Historia del templo
La antigua Colegia situada en Cangas se puede datar en el siglo XVI y fue en esta época en la que el papa Paulo III decide darle el cargo de Colegiata de Santiago de Cangas (1545). Como hemos citado anteriormente, existen creencias de que este templo es el resultado de la reforma y ampliación de uno anteriormente situado en el mismo lugar y del que no se tienen datos exactos acerca de su origen.
De su imagen actual lo más llamativo es la fachada, un elemento que fue diseñado por Antonio Vizoso y Jácome Fernández y que no se hizo realidad hasta finales de siglo. Concretamente en el año 1585. La torre a la izquierda de la fachada principal es un añadido del siglo XVIII.
¿Cómo es el templo?
Lo primero de lo que hay que hablar si citamos la colegiata de Santiago de Cangas es la fachada del siglo XVI. De ella se puede decir que es uno de los mejores exponentes de toda Galicia de la corriente arquitectónica renacentista. Tiene una única puerta de acceso al interior y un gran rosetón sobre ella. Los temas bíblicos monopolizan la decoración escultórica en el frontón de la fachada.
La antigua colegiata de Santiago está distribuida en tres naves y cuenta con planta de cruz latina. La nave central cuenta con bóvedas de crucería sexpartitas y las laterales son cuatripartitas. Es estilo predominante en el interior es gótico.
El retablo de la capilla mayor es barroco y fue instalado en el año 1744. En él se puede ver una figura ecuestre del apóstol Santiago junto a un peregrino. A mayores podemos descubrir hasta seis capillas más dentro del templo. De todas ellas la de mayor fama es la conocida como la del Cristo que no quiso arder, cuya leyenda cuenta que no pudo ser incinerada pese a los esfuerzos de una invasión de piratas turcos que trataron de hacer arder la basílica a comienzos del siglo XVII. Otra de las capillas afamadas es la del Santísimo Cristo del Consuelo, cuyo retablo barroco fue obra de Juan Pintos a finales del XVIII.
La fuente
La fuente de la Colegiata, en el lateral del templo es otra de las obras de importante valor que se relacionan con esta iglesia. En ella aparece representada la escultura ecuestre de Santiago Matamoros, motivo por el que también se conoce popularmente a la fuente como la Fonte do cabalo. La escultura está hecha en granito y fue una obra de Ignacio Cerviño, autor también del Cruceiro de Hío, en el año 1890.