Cabos
FarosEl regio Faro del Cabo Touriñán alerta de la peligrosidad del mar, resistiendo ante los temporales que se forman en A Costa da Morte. Este es el cabo que se encuentra más al occidente de toda la península ibérica y se encuentra situado en el municipio de Muxía. Recibe este nombre por encontrarse dentro de la parroquia de Muxía con la misma denominación.
Un lugar para disfrutar de las vistas
El Cabo de Touriñán se adentra de forma decidida en el Atlántico. Los constantes vientos que soplan junto a este brazo de tierra en el mar transforman a este paraje en un lugar todavía más inhóspito, pero de gran belleza y peculiaridad.
El cabo es en realidad una pequeña península de un kilómetro y que se levanta en su punto más alto a 93 metros sobre el nivel del mar. El tojo y el granito predominan en el paisaje y con el paso del tiempo, la roca erosionada, fue formando curiosas formas e islotes, como el bautizado como A Ínsua y que se encuentra en la cara oeste del cabo.
El panorama que se avista desde Touriñán abarca todas las desiertas costas de la comarca, desde el Cabo da Buitra y el Cabo Vilán hasta el Cabo da Nave.
Podremos disfrutar de una singular excursión por las estrechas sendas de estos acantilados, visitando la hermosa playa de Moreira o la ya más extensa de Nemiña.
Es una zona compleja para la navegación próxima, pues las rocas que entran hacia el mar por distancia de hasta 400 metros han causado en el pasado algunos naufragios.
El faro
Si algo llama la atención en la estructura del cabo Touriñan es su faro, construido a finales del año 1898 y que cuenta con edificaciones anexas. La construcción del faro fue consecuencia, como ya hemos dicho, por motivo de algunos importantes naufragios que obligaron a poner una referencia visual para alejar a las embarcaciones de esta peligrosa zona.
El faro original estaba situado a unos 50 metros sobre el nivel del mar y tenía una altura de 8 metros. En su origen se aprovechó la óptica del antiguo faro de Vilán para darle servicio. El primer faro tenía una capacidad de 10 millas para ser visto gracias a su lámpara de parafina. Dos décadas después esta lámpara se cambió por una de vapor de petróleo a presión y el alcance de la luz se multiplicó por dos.
Del faro primitivo de finales del XIX queda poco, pues en el año 1981 fue levantado un nuevo faro con una torre hecha en hormigón y de mayor altura que su predecesora (11 metros). Su luz es también más intensa y alcanza las 23 millas.
Pegado al edificio se encuentra una construcción anexa que ejercía las funciones de vivienda para el farero y su familia.
