En el centro histórico de Salvaterra de Miño encontramos uno de sus monumentos más representativos, el castillo de Salvaterra. Estás declarado como Bien de Interés Cultural desde 1949 y también se le conoce con el nombre de Castillo de Doña Urraca.
Historia
El Castillo de Salvaterra fue levantando durante finales del siglo X y comienzos del XI en un montículo desde el que se tiene un control total sobre el río Miño.
Se trata de una construcción con mucha historia y vinculado principalmente con el nombre de Doña Urraca, pues desde esta posición la monarca se encargó de dirigir toda la operación militar contra Portugal en el siglo XII, la cual estaba reinada por su hermana Teresa de León.
Más adelante fue otra de las personalidades de relevancia en la historia gallega, Pedro Madruga, el que se vinculó a esta fortaleza en la que se atrincheró para para defenderse de los ataques del arzobispo Alonso II de Fonseca.
Otro de los momentos históricos de relevancia en los que la Fortaleza de Salvaterra do Miño tiene una especial importancia es la Guerra de Restauración Portuguesa (siglo XVII). En este contexto el castillo cambió de manos y pasó a ser de dominio luso cuando lo ocupó el Conde de Castelo Melhor. El paso de Portugal por la instalación duró más de 15 años y en este tiempo se realizaron mejoras en su estructura para convertir la fortaleza en un castillo todavía más seguro.
España no fue capaz de recuperar la fortaleza hasta el año 1659, tras una acción militar compleja en la que el ejército español tuvo que aislar Salvaterra y cercar las fronteras para dominar castillos estratégicos como el de Monçao.
Hoy en día el castillo pertenece al ayuntamiento de Salvaterra do Miño. Está en buen estado de conservación y abierto a visitas y a programas culturales. Las murallas fueron restauradas en el año 2008.
¿Cómo es la Fortaleza de Salvaterra?
El gran con junto del que forma parte la Fortaleza de Salvaterra do Miño cuenta con unos 9.700 metros cuadrados. El reciento amurallado alberga en su interior diferentes edificios como la Casa del Conde, el pazo de Doña Urranca, y diferentes garitas.
Pegada a la muralla está la Capilla de la Virgen de la Oliva, una iglesia de estilo barroco que fue construida durante el siglo XVII. Tiene planta rectangular y en su interior alberga la imagen de la Virgen que le da nombre.
También dentro del recinto podemos ver las conocidas como Cuevas de Doña Urraca, dentro de la casa del Conde. En el interior de estas cuevas está desde el año 2018 el Museo da Ciencia do Viño do Condado do Tea. Además de aprender acerca del vino del lugar, merece también la pena prestar la atención a las famosas escaleras dobles de caracol que comunican las dos estancias abovedadas de las cuevas.
El Castillo está levantado en sillería y tienen una estructura de planta rectangular. Todavía hoy se conservan cuatro de los cinco baluartes que poseía la fortaleza original, aunque parte de las murallas ya no existen. Tan solo en la vertiente oeste y la zona de la iglesia se conservan más intactos. La Puerta de la Oliva es el único acceso original que se conserva.