Si te encuentras en Vila de Cruces no puedes dejar sin conocer uno de los más bellos exponentes del románico gallego. Hablamos de la iglesia monacal de San Salvador de Camanzo, un excelente ejemplo de conservación de este arte medieval que nos lleva un milenio atrás en el tiempo.
Para aquellos interesados en la historia y arquitectura religiosa, la iglesia de San Salvador de Camanzo es una parada obligatoria en su recorrido por Galicia. No solo podrán apreciar su belleza arquitectónica, sino también sumergirse en el legado espiritual y cultural que este lugar ha preservado a lo largo de los siglos.
Un primitivo monasterio benedictino
La iglesia parroquial de San Salvador de Camanzo es un monumento cuyas raíces nos trasladan al siglo X, cuando fue fundado como un monasterio por los Condes de Deza, Gonzalo Betótiz y Doña Teresa. Inicialmente, albergó una comunidad benedictina masculina hasta el siglo XV, momento en que se convirtió en un convento de monjas bajo la misma orden.
Aunque la estructura actual data mayormente del siglo XII, la iglesia conserva elementos del monasterio original. Uno de los aspectos más destacados es el claustro románico, una rareza en Galicia, ya que la mayoría de los monasterios de la región adoptaron estilos arquitectónicos posteriores como el renacentista y el gótico. Las arcadas que conducen a la sala capitular son un ejemplo notable de la arquitectura románica en la iglesia de San Salvador de Camanzo.
Desde 1115 hasta 1516, el monasterio estuvo bajo la jurisdicción de la archidiócesis de Santiago de Compostela, antes de pasar al Monasterio de San Paio de Antealtares. A pesar de las alteraciones estructurales en el siglo XVI, la iglesia ha mantenido detalles prerrománicos en los ábsides, lo que destaca su continuidad histórica como un centro espiritual desde sus orígenes hasta su transformación en iglesia parroquial.
Estructura y arte interior
La iglesia de San Salvador de Camanzo se distingue por su estructura basilical de tres naves separadas por arcos apuntados. Cuenta con tres ábsides semicirculares, entre los cuales se destaca el central, que esconde frescos románicos detrás de un retablo barroco del siglo XVI. En el interior, se puede admirar una obra del siglo XII dedicada al Salvador, que es uno de los elementos más emblemáticos del templo.
El claustro románico adyacente, con sus tres arcos anteriores a la sala capitular, se encuentra fuera del muro principal y junto a una torre añadida en épocas más recientes. La fachada oeste presenta un portalón adintelado con un tímpano que muestra a Cristo bendiciendo y óculos que permiten la entrada de luz natural. Aunque las reformas posteriores afectaron los muros septentrional y meridional, la esencia románica del conjunto sigue siendo palpable.
Visitar la iglesia de San Salvador de Camanzo es una experiencia que transporta a los visitantes a través de la historia medieval gallega. Cada rincón del templo y su entorno habla de su importancia histórica y espiritual en la región.