La iglesia de Santo Estevo de Atán es una de las joyas del románico que encontramos en la Ribeira Sacra, concretamente en la localidad de Pantón. Es este un templo situado a más de 300 metros del nivel del mar, en el margen izquierdo del río Miño. Está declarada como Monumento Nacional desde 1975.
Siglo XIII
Aunque existe la creencia de que este templo estaba relacionado con un antiguo monasterio ubicado en el mismo lugar, realmente no existen pruebas suficientes que lo demuestren y que puedan dar sustento a esta teoría que, de ser cierta, haría de esta iglesia la más antigua de la zona. Lo que sí se sabe es que la actual estructura, al margen de que pudiese haber existido una más antigua, fue levantada durante el comienzo del siglo XIII, etapa románica de transición hacia el gótico.
De aquella iglesia o construcción anterior se cree que forman parte del actual templo algunas piedras que ahora forman parte de la torre-campanario de la iglesia. Son unas celosías embutidas en los muros.
La iglesia es de nave rectangular con cubierta de madera a dos aguas y cabecera rectangular cerrado por bóveda de cañón. El románico de fábrica lo apreciamos en muchas de las marcas de cantero de sus piedras y en la decoración de capiteles y de los canecillos que forman parte de los aleros. Cuenta con una torre campanario de planta cuadrada anexa a la fachada y próxima al templo está también la cada parroquial.
Cabe decir que en tiempos modernos la iglesia fue remodelada y puesta en valor, buscando que su imagen se pareciese más a la de su fábrica en un momento en el que el templo se encontraba en un estado crítico. Son elementos ajenos a su construcción tardomedieval la sacristía, obra del siglo XVIII y la ya citada casa rectoral de un siglo después.
Cuenta con dos portadas de gran belleza. La puerta oeste es de triple arquivolta apuntadas sostenidas por sendas columnas a cada lado y con tímpano liso. Son elementos decorativos relacionados con la tradición del Mestre Mateo. De esta portada principal destaca el capitel dedicado a Adan y Eva bajo el árbol del Bien y del Mal.
Al norte hay una segunda portada a modo de acceso lateral con un arco apuntado y una arquivolta que descansa sobre una columna por cada lado y con líneas ornamentales de factura similar a la de la portada oeste.
Merece la pena fijarse también en las tres ventanas que forman parte los el arco de acceso al ábside y en los muros de la rectoral, todas ellas de primitiva estética.
Pinturas en el interior
Dentro de la iglesia son llamativas las pinturas murales que se conservan en las paredes y que datan de entre los siglos XV y XVI. En estas pinturas distinguimos imágenes como la de la escena de la Anunciación a la izquierda del presbiterio, o la del patrón San Esteban en el lado derecho, en una escena en la que está siendo apedreado. En otras escenas de los murales podemos reconocer a la Virgen María o Santa Lucía.