IglesiasLa iglesia de San Salvador de Vilar de Donas se encuentra situada en la localidad lucense de Palas de Rei. Es un templo religioso románico que en otra época funcionó como monasterio y que data del siglo XII. Está declarado como Bien de Interés Cultural desde el año 1931.
Siglo XII
La iglesia, como ya hemos citado, tuvo un origen monástico y se cuenta que fue la familia Arias de Monterroso la que estuvo detrás de la construcción del edificio en el siglo XII con el propósito de fundar un monasterio para monjas, de ahí el sobrenombre de Donas. Estas mujeres aparecen representadas en pinturas de estilo gótico alojadas en el interior del templo.
En el año 1184 el edifico entre a formar parte de la Orden de Santiago. La vinculación de los Caballeros de Santiago con el templo ha hecho incluso que éste fuese un lugar escogido para que en él descansasen los restos mortales de algunos de los templarios y personalidades más reconocidos por esta orden. Cabe decir que Palas de Rei es zona de paso hacia Santiago en el camino francés. El dintel en la puerta nos indica que la iglesia asociada al monasterio es ya de le época vinculada a la orden, 1224.
El abandono general de la estructura llegó tras la desamortización de Mendizábal al igual que ha pasado con muchos tantos otros edificios religiosos de Galicia.
¿Cómo es la iglesia?
La iglesia de Vilar de Donas tiene planta de cruz latina de una sola nave. La fachada está dividida por dos contrafuertes. La luz natural entra en el templo a través de pequeños y estrechos ventanales alojados en los tres ábsides de la cabecera levando en sillares de granito.
Lo más importante y llamativo del exterior de la iglesia es la portada oeste, con una triple cabecera. Una quíntuple arquivolta flanquea la puerta de acceso con motivos geométricos y un pequeño capitel colgando de la arquivolta interior. En los capiteles externos se ven decoraciones con motivos vegetales y algunas figuras humanas. Son llamativos también los herrajes de la puerta de madera que cierra el acceso al templo.
Actualmente ya no quedan apenas señales de lo que hace siglos fue el monasterio hoy en ruinas. Las únicas piezas conservadas es esta parte de la historia son los arcos adosados a la portada de la iglesia.
Si accedemos al interior del templo, lo más llamativo son los dos elementos anteriormente citados. Por un lado, las pinturas góticas que forman parte del altar mayor y por el otro las diferentes lápidas medievales en honor a los Caballeros de la Orden de Santiago que fueron enterrados allí.
