En la Comarca de Deza, se encuentra San Mamede de O Castro, una joya del románico gallego que podemos visitar a nuestro paso por el Concello de Silleda. Esta iglesia es un testimonio de la riqueza artística de la región.
Prerrománico
San Mamede de o Castro es una iglesia construida en el siglo XII destaca por su sencillez y elegancia. Aunque las esculturas conservadas en la iglesia de San Mamede de O Castro presentan erosión, su iconografía y proporciones sugieren que el templo tuvo una fábrica románica importante, comparable a la de San Martiño de Fiestras. Se identifican dos fases constructivas: una prerrománica, correspondiente a los muros de mampostería, y otra románica, con muros de sillería. Dos talleres diferentes trabajaron en el templo, uno en la cabecera y otro en la nave, ambos cronológicamente vinculados a finales del siglo XII.
¿Cómo es la iglesia?
La iglesia consta de una sola nave con un ábside rectangular, y en su fachada principal se encuentra una portada abocinada con un arco semicircular. Este arco está adornado con dos pares de columnas de fustes monolíticos, cuyos capiteles están decorados con motivos vegetales que remiten a la simbología medieval.
La portada también está enriquecida con arquivoltas semicirculares que descansan sobre una chambrana decorada con un diseño de ajedrezado típico de la época. El tímpano de la entrada, liso y sin decoración, descansa sobre mochetas con figuras zoomorfas que evocan criaturas fantásticas. Alrededor del atrio, se pueden observar también varios elementos decorativos, entre los que destacan los canecillos, pequeñas figuras esculpidas que sostienen el alero del tejado.
Uno de los detalles más curiosos de la iglesia es la decoración que rodea la arquivolta exterior de la portada. Esta está adornada con un guardapolvo decorado con el característico taqueado jaqués, un motivo ornamental típico del románico que añade un toque de distinción a la sobriedad del conjunto. Las mochetas del tímpano, además, son dignas de mención, con representaciones de un ave y lo que parece ser una sirena-ave, criaturas que despiertan la imaginación y refuerzan el simbolismo mágico de la época.
La estructura interior de la iglesia sigue los cánones del románico, con una bóveda de cañón que sostiene el ábside y un arco triunfal de medio punto que aporta grandeza al espacio. Este arco está apoyado en columnas con capiteles esculpidos que representan seres mitológicos y animales quiméricos, figuras recurrentes en el arte medieval europeo. Además, Las columnas del altar son especialmente valiosas por su rareza en Galicia.