La Lagoa de Fonmiñá, es un espacio natural ubicado en el municipio de A Pastoriza, en la provincia de Lugo. La Lagoa de Fonmiñá se revela como un refugio ideal para aquellos que buscan sumergirse en la serenidad de la naturaleza. Con su área recreativa y un paseo que se despliega sobre pasarelas de madera, los visitantes pueden deleitarse con la contemplación del impresionante paisaje, el melódico canto de las aves y el reflejo del cielo en las tranquilas aguas.
¿El nacimiento del Miño?
Esta pequeña maravilla natural, de origen cárstico, es testigo del surgimiento de las aguas subterráneas que descienden desde las montañas. Algunos la consideran como la fuente primordial del río Miño. Sin embargo, hay quienes sostienen que el auténtico nacimiento del Miño se encuentra en el Pedregal de Irimia, en el vecino municipio de Meira.
Independientemente de las opiniones, la certeza es que la Lagoa de Fonmiñá representa la primera aportación significativa de agua al río Miño, transformándolo de un modesto arroyo a un poderoso caudal. Con una extensión de 350 m², sus aguas cristalinas permiten vislumbrar el fondo con una claridad asombrosa. La presencia constante de burbujas revela la emisión de gases (CO2), desencadenando la disolución de las rocas calcáreas circundantes.
La leyenda
Este mágico lugar no solo está impregnado de historia natural, sino también de leyendas. Se cuenta que bajo las aguas de la Lagoa de Fonmiñá yacen los restos de un pueblo sumergido, donde aún resuena el tañido de las campanas de su iglesia. Esta fascinante narrativa ha inspirado a diversos escritores y artistas, entre ellos el escultor Fernando Villapol Parapar, cuya obra, una figura mitad Neptuno y mitad pastor, se encuebntra cerca de la laguna desde el año 2020. Otro monumento que adorna el entorno es el dedicado al río Miño, creación de los talentosos Magín Picallo y Manuel Mallo, datado en 1969.