Muy cerca del Monasterio de Sobrado dos Monxes, se encuentra la Lagoa de Sobrado, un espacio natural protegido por la Red Natura 2000. Este humedal, de los más importantes de la región, destaca por su rica biodiversidad tanto en flora como en fauna, convirtiéndose en un lugar ideal para los amantes de la naturaleza y la tranquilidad.
La laguna del monasterio
La creación de esta laguna data del siglo XVI, un ambicioso proyecto llevado a cabo por los monjes cistercienses entre 1500 y 1530. En su momento, fue una obra de gran envergadura que reflejaba el poder de la Iglesia en aquella época. Su objetivo principal era abastecer las necesidades del monasterio: proporcionar agua para regar los cultivos, alimentar los molinos y criar truchas que servían como alimento para los monjes y otros cenobios de la zona.
Con una forma casi circular, la Lagoa de Sobrado abarca unas 10 hectáreas y alcanza profundidades de entre 1,5 y 4,5 metros. Su altitud de 510 metros sobre el nivel del mar y su variación anual de caudal la convierten en un ecosistema único.
La flora del entorno incluye árboles como abedules, robles, fresnos y sauces, así como plantas acuáticas como nenúfares y juncos. En las aguas, algas endémicas como la Nitella flexilis y la Myriophyllum alterniflorum encuentran su hogar. La fauna es igualmente diversa, con especies como nutrias, ranas patilargas y aves como la cerceta real o el martín pescador.
Para los visitantes, la laguna cuenta con miradores que permiten observar de cerca la fauna y disfrutar de la serenidad del entorno, haciendo de esta parada un plan perfecto para desconectar.