La localidad de Catoira está situada en la desembocadura del Río Ulla, al fondo de la Ría de Arosa. Dentro de su patrimonio cultural están las famosas Torres de Oeste. Este lugar se convirtió en uno de los principales castillos del reino y de toda Europa altomedieval. El objetivo de esta construcción era evitar las invasiones que venían del mar con el objetivo de atacar la ciudad de Santiago de Compostela. Si en sus comienzos las torres fueron baluartes defensivos contra los ataques vikingos, más adelante, en el siglo XVIII sus murallas sirvieron también para frenar los ataques ingleses.
La historia de las torres
El germen de origen de la fortaleza de la que hoy solo quedan las torres está en los siglos II y I a.C, es decir, en la época prerrománica en la que los castrexos que residían en Catoira se fortificaron en un lugar clave a orillas del río Ulla. Numerosos hallazgos cerámicos y armamentísticos de la época encontrados en la zona así los atestigua.
Ya en la edad media la zona empezó a ganar en relevancia y de ahí la construcción del Castellum Honesti, uno de los fuertes de mayor importancia de toda Galicia, que controlaba un lugar clave en el transito fluvial y zona de paso hacia Santiago de Compostela.
El primer castillo fue mandado construir por el rey Alfonso V. Más adelante el obispo Don Cresconio afianzó el proyecto de reconstrucción del primer castillo reforzando muros y levantado torres más altas, así como una capilla. Lo que finalmente acabaría siendo el Castellum Honesti fue idea del obispo Don Diego Peláez, quien confió la custodia de la fortaleza a al padre de Diego Gelmírez, verdadero culpable de hacer de las torres de Catoira un lugar inexpugnable.
El Castellum Honesti fue dotado también de una capilla dedicada a Santiago. Durante los siglos XII al XVI, acudieron numerosos peregrinos ante el altar de esta pequeña capilla del Oeste, después de haber orado en Compostela ante la Tumba de Santiago. Este constante flujo de fieles devotos hizo de Catoira un lugar de peregrinación como continuación del Camino Francés.
La historia de Catoira estuvo íntimamente ligada a la importancia estratégica del complejo militar de Oeste. Las Torres sirvieron de defensa desde el comienzo de la Edad Media hasta el reinado de los Reyes Católicos, momento a partir del cual entran en un período de lenta y progresiva decadencia.
Una paseo por la historia de Catoira
Visitar el paseo del Ulla de Catoira e ir a conocer las Torres del oeste y la capilla nos permite entender un poco mejor la importancia de esta villa en el entramado defensivo compostelano. Al recinto, se accede a pie por un camino nuevo construido bajo los pilares del puente del Ulla o siguiendo otro más antiguo, empedrado recientemente.
En la actualidad se conservan dos de las siete torres que componían la fortificación y la capilla. Estas dos torres que quedan en pie fueron restauradas a partir de la década de los 70 del siglo pasado. Están catalogados como Monumento Artístico Nacional.
Desde 1960 se realiza cada primer domingo de agosto, junto a las Torres de Oeste, la Romería Vikinga (declarada de Interés Turístico Internacional) que rememora los ataques de piratas normandos y sarracenos en busca del tesoro de la Iglesia de Compostela. La fiesta vikinga por excelencia en Galicia.