La Madama de Silgar es sin duda la gran embajadora del municipio turístico costero por antonomasia en Galicia; Sanxenxo. Se trata de una estatua colocada en medio del mar, junto a la playa de Silgar, y que es perfectamente visible tanto desde la arena como desde el paseo marítimo.
Una donación
La escultura de la Madama de Silgar fue donada por su autor, el escultor local Alfonso Vilar en el año 1995. El proyecto de esta escultura de bronce surgió tras un concurso de ideas promovido por las autoridades municipales que buscaban dotar al municipio de un símbolo propio, un embajador que fuese recordado y fotografiado como ocurre con otras estatuas costeras como puede ser la propia sirenita que se encuentra en Copenhague. El ejemplo no está escogido al azar, pues una de las opciones que se barajaron fue incluso la de hacer una reproducción exacta de la emblemática estatua de la capital danesa.
La propuesta de Vilar, nacido en Villalonga, fue finalmente la escogida y a finales del mes de abril de ese 1995 se instaló la estatua en lo alto de la roca de O Corbeiro, formación rocosa que sobre sale en medio del mar junto a la costa de la playa de Silgar más próxima del puerto deportivo. Frente a ella, en el paseo marítimo, se colocó la placa conmemorativa.
Inspiración celta
La estatua de La Madama tiene una clara inspiración celta y simboliza la belleza del mar con una mujer portando una caracola con las dos manos y con una especie de cuernos en su cabeza que forman una V, inicial del apellido del propio autor de esta obra. La escultura se sostiene sobre una plataforma del mismo material con base inclinada, dando una sensación de movimiento a la Madama que se acentúa más si cabe por su posición encorvada y de brazos extendidos con la caracola.
La Madama es una forma de beber de la cultura tradicional histórica gallega, haciendo referencia a la belleza del mar por medio de una representación mitológica como podría ser la imagen de una Moura.
La instalación de esta escultura no estuvo exenta de polémica. Se debatió sobre su tamaño o sobre su conveniencia de colocar la escultura en una roca como la de O Corveiro, lugar de reposo y parada de muchas aves marinas que, con o sin su compañera de plataforma actual, siguen haciendo su visita a la roca actualmente. Visita que algún nadador, sobre todo en meses de verano y con marea baja, decide hacer también.