La ciudad de Santiago de Compostela está llena de edificios históricos con vinculación religiosa más allá de la propia catedral que la pone en el mapa y le da fama internacional como lugar referente de peregrinaciones. El Monasterio de San Pelayo de Antealtares es un claro ejemplo de estos edificios.
De clausura
El Monasterio de San Pelayo de Antealtares es un convento en régimen de clausura en el que residen actualmente un nutrido grupo de monjas de la Orden Benedictina. Este importante edificio data de entre los siglos XVII y XVIII y se encuentra en pleno centro histórico de la ciudad compostelana, concretamente en la Praza da Quintana de Vivos, muy cerca de la catedral.
San Pelayo o San Paio es el santo al que se dedicó este monasterio. San Paio fue un mártir que siendo niño fue educado en Tui y torturado en Córdoba por no renunciar a sus creencias religiosas y castidad. Su imagen, degollada, la podemos ver presidiendo la fachada principal del templo.
Desde la propia plaza de la Quinta se puede ver uno de los muros laterales del convento que dan cierre a este emblemático lugar también cerrado por una fachada lateral de la Catedral. Precisamente en el muro del monasterio de Antealtares que da para la Quinta vemos una placa a modo de lápida que rinde homenaje al Batallón Literario, un grupo de universitarios que se armó para defender Santiago ante la invasión napoleónica.
Junto al edificio conventual forma parte del conjunto del monasterio una iglesia de planta de cruz griega con un destacado retablo en el altar mayor y que fue diseñada por fray Gabriel de Casas. Este templo de acceso además al Museo de Arte Sacra, uno de los más interesantes museos de Santiago de Compostela. En él podemos se conserva el altar en el que se conservaba el primitivo sarcófago apostólico que el obispo Xelmírez le regalo al convento al cambiar el que había en la catedral.
Otro dato significativo de este monasterio tiene que ver con los trabajos de repostería de las monjas de clausura que forman la comunidad de San Pelayo de Antealtares. Este grupo de mujeres consagradas a Dios en el seno de la Iglesia Católica tienen como norma de vida el Evangelio según la Regla de San Benito y, además de a rezar, se dedican también a la elaboración de tartas de almendra en una tradición que se remonta al siglo XVIII. También elaboran almendrados, pastas de té, magdalenas, etc..
Sobre una construcción anterior
Como ya hemos dicho, el actual edificio del Monasterio de San Paio de Antealtares es una construcción barroco levantada entre el XVII y el XVIII. Este monasterio vino a sustituir a uno anterior que se construyó en el siglo IX, fecha en la que Alfonso II fundó el primer monasterio con el fin de una primera congregación formada por doce monjes benedictinos se encargasen de cuidar y dar culto al sepulcro del apóstol Santiago recientemente descubierto.
Los monjes permanecieron en el primitivo monasterio hasta casi el final del siglo XV, momento en el que las monjas de clausura tomaron el relevo. Éste fue el primer cenobio de la ciudad de Santiago y originalmente estaba bajo la advocación de San Pedro.