El ayuntamiento de Barro tiene uno de sus lugares más interesantes de visitar en el Monte da Chan, un espacio que aglutina diferentes atracciones desde el punto de vista paisajístico, cultural y religioso en un lugar con grandes vistas, una capilla y los restos de lo que en otra época fue un gran castro.
El mirador con vistas al mar
El mirador de Monte da Chan es uno de los puntos más altos de Barro desde los que disponer de una imponente panorámica del entorno. La altura en este punto no supera los 250 metros, pero permite una gran vista en orientación oeste de lo que se conoce como la Depresión Meridiana gallega y la comarca de O Salnés. El mirador se localiza fácilmente por la gran cruz de piedra que hay colocada sobre una roca junto a él.
En este punto elevado y si el día está despejado y acompaña, se puede llegar incluso a ver el mar al fondo en la ría de Arousa a pesar de que la de Barro no es una localidad costera. Este es el único lugar de todo el municipio con unas vistas así.
La zona se completa con una buena área recreativa con mesas y bancos de piedra que completa un lugar arbolado y con muchas actuaciones como son los cruceiros que forman parte de su paisaje.
La capilla
En lo alto de Monte da Chan se encuentra situada la capilla de San Cibrán, un templo religioso levantado en piedra y que es relativamente reciente, pues es una construcción de finales del pasado siglo XX.
La obra es del año 1991 y no se llegó a completar debido a la oposición de Patrimonio de actuar en el lugar, muy próximo al castro. El campanario está todavía incompleto en lo alto de su única torre. Sí se sabe que esta no fue la primera construcción religiosa en la zona, pues anterior a este templo moderno había una ermita en Monte de Chan que se cree desaparecida desde comienzos del siglo XIX.
El Castro de Monte Chan
Desafortunadamente, del gran castro que se encontraba en Monte Da Chan hoy solo se aprecian algunos de sus restos visibles de forma superficial. Los restos se pueden datar del primer siglo antes de Cristo y se conoce a este poblado como el Castro das Sete Fontes.
El hallazgo más importante que apareció en el castro fue descubierto en la década de los 80 y hoy lo podemos ver en el Museo Arqueológico de Pontevedra. Es una cabeza de piedra que ha sido bautizada como el Santo de Agudelo.
En el año 2007 se hicieron trabajos en la zona que sacaron a la luz restos de lo que fueron los parapetos y los fosos de este castro, del cual se sabe fue importante y concentró un volumen importante de población que le hizo destacar por encima de otros de la zona suroeste de lo que hoy es Galicia. Pese a ello, los restos que se pudieron encontrar fueron escasos debido a lo mucho que se ha alterado esta zona, lugar importante a lo largo de los años para el tránsito por Galicia y por el que pasaba la vía romana XIX y el Camino de Santiago en su variante portuguesa.