En la parroquia de Santa María de Leiro, en Rianxo, encontramos la Necrópolis megalítica de Os Campiños. Se trata de un conjunto arqueológico compuesto por seis túmulos. Son un bien catalogado como Patrimonio Cultural de Galicia y el ayuntamiento de Rianxo está luchando por que sean considerados como Bien de Interés Cultural.
Seis mámoas
Dentro de la cultura megalítica las mámoas son una de las piezas o testimonios materiales de mayor relevancia. Por regla general son apreciables gracias al montículo de tierra y de piedras que marcan la zona como un espacio destinado al soterramiento de personas finadas, ya sea una sola o varias. La zona de enterramiento está en el centro del montículo que marca el túmulo y bajo la tierra se puede encontrar la cámara funeraria, hecha en piedras de gran tamaño.
Es frecuente que en los lugares en los que hay una mámoa, suela haber alguna otra cerca pues estas construcciones o lugares funerarios megalíticos suelen agruparse. Esto ocurre también en Os Campiños, con hasta seis túmulos diferentes de los cuales algunos están incluso excavados para que así las visitas puedan ver cómo es su construcción interna.
Es entonces la mámoa sexta, situada a unos 76 metros de la quinta y penúltima, la más interesante por su exploración y trabajos arqueológicos llevados a cabo en su interior. Tiene una profundidad máxima en su cámara de 180 centímetros y el diámetro del suelo es de unos 7 metros. Cuenta con un corredor de acceso a la cámara funeraria y un acceso intratumular que comunica la cámara y el propio corredor. Este monumento megalítico pudo pertenecer a la época de mayor apogeo del megalitismo en Galicia y dentro de él fueron exhumados restos de instrumentos y herramientas prehistóricas y cerámica.
Estudiadas a partir de los 70
Los trabajos en la zona llevan en marcha desde mediados de la década de los 70 en un estudio patrocinado por el Instituto Sarmiento y más adelante se amplió el estudio con un nuevo trabajo en la zona que tuvo a los arqueólogos Fábregas Valcarce y De la Fuente Andrés encabezando el proyecto (1984).
La zona fue humanizada por el gobierno local en años posteriores, habilitando el espacio que ocupan las mámoas de Os Campiños para poder ser visitadas y haciendo frecuentes limpiezas y desbroces para acondicionar la zona para el visitante. Estos trabajos se reforzaron recientemente en el 2021 luego de que un gran incendio que asoló la zona en 2019 afectase gravemente la localización de la necrópolis, sobre todo en dos de sus túmulos.