La iglesia de Santa María de los Dolores, en Lalín, es el principal templo religioso de este municipio. Esta iglesia moderna construida el pasado siglo sirvió para reemplazar en la céntrica Plaza de la Villa a un viejo y accidentado templo que se había quedado pequeño.
La vieja iglesia
En la plaza das Pipas, frente al actual monumento al aviador Loriga, en Lalín, se alzaba antaño la primitiva capilla de Nuestra Señora de los Dolores. Este modesto templo, construido en 1876 tras la tala del emblemático Carballo de Manteiga, fue testigo de los inicios de la devoción mariana en la localidad. Sin embargo, el paso del tiempo y los avatares históricos acabaron marcando su destino.
En 1883, un incendio arrasó el retablo y la imagen original de la Virgen. Gracias a las generosas aportaciones de los vecinos, se adquirió una nueva escultura, restaurando la capilla temporalmente. Pero el rápido crecimiento de Lalín pronto evidenció las limitaciones del pequeño edificio, que resultaba insuficiente para acoger a la creciente feligresía. Así, comenzaron los debates sobre la construcción de un nuevo templo que estuviera a la altura de las necesidades y el orgullo del pueblo.
El nuevo templo
El proyecto del actual templo parroquial, aprobado en 1864, sufrió numerosos retrasos y enfrentó diversos contratiempos. Finalmente, en 1903, se iniciaron las obras, culminando su construcción en 1919. La iglesia, ubicada cerca de la fuente pública, se convirtió en un referente arquitectónico y espiritual de la villa. Decorada con esmero, destaca por su altar mayor y las imágenes talladas por José Rivas Rodríguez, entre ellas el imponente Sagrado Corazón de Jesús.
En los años posteriores, la iglesia vivió ampliaciones significativas, como la construcción de sus tres naves en 1959 y la finalización de su torre en 1962. Estas reformas consolidaron su relevancia, convirtiéndola en un símbolo del esfuerzo comunitario y de la historia de Lalín.