El Estaleiro de Purro o Astillero de Purro se encuentra ubicado en la Banda do Río de Bueu. Es una construcción del año 1920 fuertemente vinculada a la historia marítima más reciente de este municipio y lleva sin actividad desde comienzos del cambio de milenio.
Todavía hay embarcaciones en el puerto de Bueu que fueron hechas en este astilleiro hoy puesto en valor. No en vano, el Estaleiro de Purro fue la última carpintería de ribera en activo, un sector tradicional de construcción de embarcaciones.
Los inicios de Purro
El Estaleiro de Purro se construyó en la Banda do Río en el año 1920. José Del Río Casal fue el carpintero que puso en marcha el proyecto en una zona interesante por su ubicación céntrica en el pueblo y la proximidad al río Bispo que permitía la curación de la madera en su lecho. Además, la playa estaba muy próxima para hacer las botaduras.
En sus orígenes el taller estaba dedicado a la construcción de pequeñas embarcaciones tales como traineras, chalanas, lanchas, gamelas o botes pulperos. Todo el taller se encontraba bajo un techo de dos aguas levantado sobre unas columnas de madera. A buen resguardo estaban todas las herramientas necesarias para poner en marcha el taller y una oficina-almacén.
Cambio de dueños
En 1938 el astillero cambia de dueños y tras la muerte del carpintero anterior es Rosa Cortizo Cerviño quien adquiere el astillero para su hijo, José González Cortizo. Este cambio en la propiedad atrae nuevos proyectos al astillero, que incrementa su producción y su ambición al pasar a elaborar barcos de mayor tamaño con una capacidad productiva de dos embarcaciones cada año de estas características, además de las más pequeñas. Así, el taller creció y pasó a tener hasta 8 empleados.
En 1975 las instalaciones se ampliaron debido a la necesidad de tener que dar espacio para la producción de embarcaciones más grandes debido a la implantación de los barcos de propulsión a mayor. Estas ampliaciones, realizadas por fases, le dieron el aspecto actual a la nave que dejó de ser ya ese pequeño astillero que ocupaba en sus inicios solo la zona próxima a la calle Montero Ríos.
Ya en el 1988 se vuelven a mejorar las instalaciones al levantar un muro de abrigo en la zona para el que se hizo necesario eliminar las vías de varada del astillero. Esto hizo que los trabajos se desplazasen a las proximidades del puerto, construyendo hasta dos barcos en este lugar. Los nuevos tiempos abrieron también nuevos mercados y los carpinteros del astillero se reciclaron como especialistas en diseño y construcción de bateas.
Nueva vida
En el año 2003 el astillero cesa su actividad y con el paso de los años se ponen en marcha proyectos estimulados por el gobierno local para dar una nueva vida a esta importante localización tan vinculada a la historia reciente buenense.
En 2018 se convoca un concurso de ideas y la que resulta ganadora inicia una rehabilitación en dos fases del lugar con el fin de conservar el patrimonio marítimo que es el edificio y la puesta en valor del astillero como motor turístico y cultural.