En la localidad de Barbadás se encuentra el místico Penedo do Tangaraño, una imponente roca con una tradición sanadora que se remonta a siglos pasados. También conocido como Penedo Vigón u O Enganido, este impresionante monumento de la naturaleza es un testimonio vivo de la conexión entre la tradición y la geología.
Una leyenda que perduró
Situado cerca de la ermita de San Bieito da Cova do Lobo, en la parroquia de Piñor, el Penedo do Tangaraño es accesible desde las inmediaciones de la capilla. El viaje hacia este gigantesco bolo granítico implica seguir el empinado camino señalizado como Ruta dos Montes dos Castros, ascendiendo hasta el alto de casi 400 metros donde se encuentra esta formación rocosa única. A pesar de la altura la densa vegetación actual limita las vistas desde este lugar.
El penedo, apoyado en dos rocas más pequeñas que forman una cavidad, alberga una pila natural que, según la leyenda, nunca se seca. Las inmediaciones revelan restos de una antigua explotación de cantería, pero el Penedo do Tangaraño se mantuvo indemne, desafiando los intentos de demolición. La misteriosa resistencia de la roca sagrada a las cuñas de los canteros ha alimentado las leyendas locales.