En el municipio de Teo, muy cerca de Santiago de Compostela, puedes esxplorar diferentes estaciones arqueológicas que te transporten a miles de años atrás. Los Petróglifos del Río Angueira o Monte de Cornide son un excelente ejemplo.
Dos grandes grupos de grabados
Explorar este lugar es como abrir una ventana al pasado. Las tallas no solo reflejan la destreza artística de nuestros antepasados, sino también su conexión con la naturaleza y los rituales que guiaban su vida cotidiana. Este conjunto de grabados rupestres, ubicado cerca de un sendero rural consta de dos lajas de piedra donde se plasman figuras talladas con gran maestría. Ambas formaciones se pueden datar en el periodo que va entre la edad del bronce y la edad del hierro.
La primera estación, descubierta en 1969, destaca por sus complejas combinaciones de círculos concéntricos con cazoletas centrales. La más llamativa es un diseño con cinco círculos concéntricos conectados entre sí mediante surcos, creando un patrón central lleno de simbolismo.
En la segunda estación, predominan los grabados zoomorfos, con al menos ocho figuras de animales y varias escenas que representan jinetes sobre ciervos. Estas imágenes, poco habituales en el arte rupestre gallego, han generado interesantes debates entre los historiadores acerca de la temprana representación de la equitación en la Península Ibérica.