PuentesEn el corazón de Celanova se encuentra el antiguo Puente Freixo, un legado vivo del esplendor del Imperio Romano en la zona. Este monumento ofrece un entorno natural de una belleza excepcional. El río Arnoia fluye suavemente bajo los arcos romanos, rodeado de exuberante vegetación que cambia con las estaciones.
Camino a cumplir dos milenios
Construido en el siglo II o III, este puente forma parte de la antigua Via Nova Romana que conectaba Braga con Astorga. Sus cuatro arcos de medio punto se alzan sobre el sereno río Arnoia, mostrando su imponente presencia a lo largo de los siglos.
Lo que hace al Puente Freixo aún más interesante son los detalles arquitectónicos que revelan la destreza de los constructores romanos. Los machones sobre pilastras, diseñados para resistir la corriente del río, y el almohadillado de los sillares añaden una majestuosidad única a esta estructura histórica.
Desde el puente, las vistas panorámicas del paisaje gallego son dignas de fotografía, recordándonos el privilegio de explorar estas tierras cargadas de historia y belleza natural. Las aguas cristalinas, las praderas verdes y las arboledas crean un escenario sereno y poético, perfecto para paseos y momentos de reflexión.
Convertido en uno de los símbolos de Celanova, el Puente Freixo es un destino obligatorio para los amantes del turismo histórico y aquellos que buscan la tranquilidad de la naturaleza.
