La Pozas de Mougás, en el ayuntamiento de Oia, son una de las grandes joyas naturales de la zona montañosa de las Rías Baixas. Se trata de unas piscinas naturales que se forman tras el descenso de diferentes riachuelos como el Peito, el Mougás o el Pías, en la falda de la Sierra de Groba.
Una poza para bucear
Las Pozas de Mougás son diferentes piscinas naturales de diferentes tamaños que se fueron formando fruto de la fuerza del agua bajando de manera abrupta por la piedra de la montaña. Muchas de estas pozas son de pequeño tamaño, pero otras tienen unas dimensiones verdaderamente interesantes.
La Poza Grande, como su propio nombre indica, es la de mayor tamaño de todas la Pozas de Mougás. Es un espacio que permite el baño de varias personas, nadar y hasta bucear para explorar sus profundidades. Se trata de la poza más frecuentada y conocida no pocas personas utilizan el lugar con un spa natural al aprovechar la fuerza de la caída de las aguas por la cascada como si fueran los chorros de un balneario.
Las aguas de las pozas de Mougás son cristalinas, tranquilas y limpias, aunque frías. Es un lugar diferente, alejado de la masificación de las playas de las Rías Baixas y que bien merecen una visita en solitario, en pareja o en familia. La zona se complementa demás con amplios espacios verdes para hacer un picnic o mesas de piedra con bancos y fuentes a modo de merendero.
¿Cómo llegar?
Para llegar hasta la Pozas de Mougás se puede hacer a pie, siguiendo la Ruta Máxica de Oia, un paseo de 20 kilómetros que tiene ese espacio natural como una de sus paradas intermedias. Esta ruta comienza o bien en el inicio junto a la carretera Oia-Torroña, o bien en su otro extremo, el más próximo a las pozas, en la carretera Baiona-A Guarda, a la altura del barrio de la Mata.
Para ir de forma más cómoda y directa podemos hacerlo tomando la carretera Comarcal 550. Tendremos que adentrarnos en la Sierra por la PO-552 a la altura de la parroquia de Mougás y localizar un mirador que hay pegado a una caseta forestal. Esta es la zona típica de aparcamiento desde donde parten las pistas forestales que bajan por el valle hasta llevarnos a las pozas. La ruta hasta ellas es de apenas un par de kilómetros por un camino sin asfaltar que nos llevará hasta el corazón de la montaña.
El volumen de coches aparcados en las proximidades, sobre todo si nos dirigimos a las pozas en verano, nos delatará enseguida el punto de descenso hasta las mismas. Se recomienda acudir temprano en temporada alta al ser un lugar bastante frecuentado.