El Puente que comunica A Illa de Arousa con la costa de la península es, probablemente, lo mejor que le ha pasado al lugar en sus siglos de historia. Este vial de casi dos kilómetros de largo es la única comunicación de la isla con la península por vía terrestre y facilitó el acceso de suministros que antes solo se podían traer por mar y dependían del clima y las mareas.
Su construcción fue también un arma definitiva para la explotación turística de la zona. El puente es el de mayor longitud de Galicia y es transitable tanto en coche, con un carril para cada dirección, como a pie.
Motor de avance para la Illa
El Puente de A Illa de Arousa comunica la isla con el municipio de Vilanova de Arousa y comenzó a ser construido en el año 1983, concluyendo los trabajos en el 1985, en el mes de septiembre. Fue una obra de ingeniería de gran importancia y relevancia que en su momento pasó por ser uno de los puentes más largos del viejo continente. Hoy en día ha descendido algunos puestos en este ranking, pero sí continúa siendo de los de mayor longitud con la característica de tener solo dos juntas de dilatación.
La illa tiene el honor de ser el único municipio de toda Galicia que descansa íntegramente en suelo insular. A pesar de que la Illa de Arousa siempre ha sido una zona con vida y habitantes que iban y venían de la península en sus barcos, el estilo de vida del lugar y el número de población, sobre todo en los meses de verano, se ha visto alterada gracias al levantamiento de este puente. Los accesos han permitido también a los jóvenes isleños tener más oportunidades en cuanto a estudios, pues antes de los 80 no era fácil para una población de 4.000 habitantes gozar de centros de estudios superiores en el municipio y el desplazamiento diario en barco era costoso y complejo.
La historia de la construcción
El puente era una reivindicación del pueblo isleño desde los años 50, pero nunca vieron sus expectativas cumplidas al considerarse la inversión en el puente algo exagerado en la época para el número de personas al que se iba a dar servicio. No fue hasta el año 1979 que se convencieron a las autoridades de que el puente era una necesidad.
Con el objetivo de persuadir a las autoridades, A Illa organizó una fiesta gastronómica cuyo objetivo claro era la persuasión a las autoridades de que el desplazamiento diario en barco hasta su municipio no era viable. A la fiesta acudieron vecinos de otros municipios de la comarca y algunas autoridades entre las que estaban Jesús Sancho Rof (ministro de Obras Públicas) y el arousano José Antonio Gago Lorenzo (diputado de la UDC). Estas dos personas, unidos por una gran amistad, fueron la llave que desbloqueó el proyecto del puente. Bastó un simple viaje en barco, en pleno temporal, hasta la Illa de Arousa de las dos autoridades para que ambos se diesen cuenta de todo lo que la falta de una comunicación terrestre con la costa le estaba quitando a la Illa de Arousa. El 2 de octubre de 1982 el proyecto fue aprobado y en tres años la Illa pudo inaugurar su famoso puente. Se invirtieron 1.500 millones de pesetas en su construcción, unos 9 millones de euros.