En el remoto rincón de Tronceda, en el municipio de Castro Caldelas, Ourense, se alzan las ruinas de la Iglesia de Santiago de Tronceda. Este lugar, dedicado al apóstol Santiago, se encuentra enclavado en un entorno de difícil acceso y rodeado por un bosque de centenarios castaños, lo que le confiere un aura de misterio y encanto.
Sobre un templo más antiguo
Aunque la Iglesia de Santiago de Tronceda es de estilo barroco, se cree que pudo haberse construido aprovechando los vestigios de un templo anterior, posiblemente vinculado a una antigua variante del Camino de Santiago de Invierno. El edificio consta de una única nave dividida en dos tramos y cuenta con una espadaña que se alza majestuosamente sobre el tejado. En su interior, algunos elementos decorativos, como un retablo y una pila bautismal, aún resisten el paso del tiempo.
En la década de 1970, la iglesia fue abandonada debido al éxodo rural que afectó a la parroquia y a las difíciles condiciones de acceso. Desde entonces, la estructura ha ido deteriorándose gradualmente bajo la influencia del tiempo y la naturaleza, quedando en pie únicamente sus muros y la imponente espadaña. Junto a la iglesia se encuentra el cementerio parroquial, donde las últimas lápidas datan también de la década de 1970.
Las ruinas de la Iglesia de Santiago de Tronceda son un lugar imbuido de historia y belleza, que invita a la contemplación y al respeto por el patrimonio cultural y natural. Si bien su visita requiere un esfuerzo físico, ya que solo se puede acceder a pie por una pista en mal estado, recompensa con una experiencia visual y emocional única al admirar el contraste entre la arquitectura religiosa y el paisaje forestal circundante.