Ruta Costa da Morte (PRG-158)

Una manera de conocer Camariñas y su costa es caminando y la mejor ruta para hacerlo es la conocida como Ruta da Costa da Morte (PR-G 158). Un largo paseo de más de 20 kilómetros que recorre los puntos más relevantes de la región.

Ruta circular

La Ruta da Costa da Morte es una ruta circular, esto es, que empieza y termina en el mismo lugar sin necesidad de tener que volver sobre nuestros pasos. En este caso el lugar recomendado como inicio y final de nuestro paseo, que se puede hacer tanto andando como en bici, es desde el Castelo do Soberano.

La dificultad técnica de la ruta es media, pues la distancia a recorrer supera los 22 kilómetros y hay zonas de ascenso y descenso que llegan a acumular subidas de más de 100 metros. La ruta está homologada y el desnivel total acumulado supera los 400 metros.

Faro, playas, miradores y mucho mar

La Ruta da Costa da Morte es un paseo por los símbolos de esta zona, lo que imprime de personalidad e historia no solo a la población de Camariñas, sino a todos los municipios costeros que completan este bello entorno.

Partiendo desde el ya citado Castelo do Soberano, durante los primeros kilómetros de paseo iremos siempre bordeando la costa y conociendo playas, acantilados o ensenadas para tener una perspectiva a pie de costa de la fuerza del mar y los vientos que azotan la zona. Conoceremos la playa de Trece y otros arenales de relevancia, así como Cabo Vilán y su famoso faro. También nos podremos acercar hasta el importante Cementerio de Los Ingleses en los que se rinde homenaje a los marineros muertos en el naufragio del Serpent.

La segunda parte del recorrido tras acabar con la costa es ya la del retorno y para ellos nos adentramos en la parte más dura del recorrido, en la montaña. Volveremos por el Monte Blanco para tener ahora una perspectiva más elevada y panorámica de todo lo que antes vimos desde abajo. El mirador do Monte das Seixas es una de las paradas obligatorias en esta parte de la ruta pues desde aquí se cuenta con una visión perfecta de la ría de Camariñas y del encuentro con el mar del conocido como río Grande.

La parte última de la ruta es la que nos adentra al corazón de Camariñas, pudiendo conocer mejor esta población y las aldeas que la preceden, teniendo también el recuerdo de símbolos inconfundibles de la construcción del rural gallego como son los hórreos.