Este hermoso lugar donde se conservan varios molinos y donde la naturaleza abriga varios saltos de aguas se conoce como el Picho de Curantes. Allí se esconde un verdadero paraíso natural que crece entorno al río Curantes, también conocido como el río Muiños, y que es uno de los afluentes del Liñares.
La ruta puede iniciarse desde la iglesia de San Xurxo de Cereixo y desde ahí arrancar con un exigente recorrido con desniveles de hasta 200 metros y cerca de 14 kilómetros de distancia. Los molinos van apareciendo y desapareciendo a lo largo del recorrido por estrechos caminos rodeados de verde vegetación. A lo largo de la ruta vas pasando por monumentos como el puente de piedra sobre el río Curantes o la iglesia de Santa María, ya entrados en la parroquia de Rubín. El anteriormente cita Picho de Curantes es solo uno de los tramos de esta ruta mucho más amplia, concretamente el de la zona intermedia de la ruta. Se trata de una de las zonas más tranquilas y sencillas de la ruta, donde el río baja a buena velocidad río abajo y se forma la conocida como la Poza de Maimón.
En Callobre que es uno de los puntos de ruta del valle del Liñares también se encuentran otras dos hermosas cascadas que son otros monumentos naturales. Cabe decir que la ruta no se encuentra señalizada, por lo que puede que sea necesario el uso de un GPS o un mapa para así evitar perdernos. En todo caso, el trazado es tan sencillo como aprovechar el curso del río lo máximo posible desde el punto de partida hasta el regreso desde el Picho de Curantes.