El Monte do Faro se alza como un lugar único que une naturaleza, historia y tradición. Con sus 1181 metros de altura, este emblemático monte divide las provincias de Lugo y Pontevedra, y sirve de punto de encuentro entre los municipios de Chantada y Rodeiro.
Un mirador que justifica la subida
El Monte do Faro atrae por su pasado y también por las impresionantes vistas que ofrece su mirador. Desde la cumbre se pueden contemplar los paisajes de las cuatro provincias gallegas, un espectáculo que combina montañas, valles y el inconfundible verde gallego.
Llegar al Monte do Faro es también una experiencia inolvidable. La ruta desde Chantada pasa por paisajes agrícolas, pequeños pueblos y la iglesia románica de Santiago de Requeixo. En el ascenso final, se recorre un Vía Crucis rodeado de fuentes milagrosas, un camino que prepara para la majestuosidad de la cima.
Una ermita en la cima
Cerca de la cima del Monte do Faro, en el Campo da Festa, se encuentra la Ermita de A Nosa Señora do Faro, un santuario cargado de historia. Construida en el siglo XVII sobre los vestigios de un templo románico, esta ermita es un símbolo de la devoción gallega. Desde tiempos remotos, el monte fue escenario de ritos paganos y su estratégica ubicación lo convirtió en un puesto de vigilancia durante la época romana.
Cada 8 de septiembre, el monte cobra vida con la celebración de la romería en honor a la Virgen del Faro. Esta fiesta reúne a miles de personas que suben en procesión desde la iglesia de Santiago de Requeixo. El ambiente festivo se completa con música, gastronomía y actividades que transforman el Campo da Festa en una gran verbena.