La Torre do Castro se encuentra en la localidad de O Barco de Valdeorras es una antigua torre medieval que formaba parte de una fortaleza y que hoy se usa lugar para disfrutar de unas grandes vistas de la comarca de Valdeorras y está catalogado como Bien de Interés Cultural.
Lugar estratégico
La Torre do Castro se ubica en una loma de poco más de 440 metros de altura, una zona que por elevación ya concedía a la vieja fortaleza cierta posición estratégica en lo defensivo para la vigilancia del entorno del valle del Sil.
La zona en la que fue construida la Torre no estaba escogida al azar, además de por la altitud del entorno, también se escogió esta ubicación por ser una zona importante de tránsito hacia la meseta por la que desde tiempos pretéritos circulaban tanto los peregrinos como las vías de comunicación romanas y medievales. La Via Nova de enlace entre Asturica (Astorga) y Bracara (Braga) estaba enlazada con esta zona próxima a una mina de relevancia para los romanos como son las Médulas.
El nombre de Torre do Castro también nos evoca un pasado mucho más antiguo que el de la propia fortaleza medieval. Y es que, como suele ser frecuente en muchas construcciones de castillos o torres defensivas, esta torre se levantó sobre lo que antes era un antiguo poblado castrexo anterior a nuestra era y que podemos datar hasta dos milenios y medio atrás. Poco se conserva de este antiguo poblado más allá algunos descubrimientos del trazado de sus antiguas viviendas encontrados en excavaciones del año 2012.
La torre medieval
En cuanto a lo que es la Torre do castro propiamente dicha, de ella podemos apreciar todavía la torre del homenaje que formaba parte de la fortaleza y parte de sus antiguas murallas. Se estima que la torre puede ser al menos del siglo XII y se relaciona con señorías de relevancia en contexto tanto de Galicia como de Castilla como los Condes de Lemos, los Marqueses de Villafranca o, ya más adelante en el tiempo, los Condes de Ribadavia.
La torre original del siglo XII fue víctima, como la mayoría de los edificios señoriales gallegos, de los ataques de la revuelta irmandiña y por tanto reconstruida después. Juan Pimentel fue quien ordenó esta reconstrucción a la cual debemos su apariencia actual. Una torre de planta rectangular de tres alturas y 7x5 metros de lado. El piso inferior cuenta con un gran aljibe abovedado.
La Torre do Castro vivió los últimos siglos en un estado de abandono a partir de mediados del XIX. Actualmente el estado de conservación de la Torre es óptimo gracias a la actuación que se llevó a cabo en este lugar a partir del año 2013 para su conservación, restauración y puesta en valor. El castillo permanece abierto para visitas durante el día y cuenta con paneles informativos que nos ayudan a interpretar lo que era el edificio. Merece la pena subir hasta su nivel superior para disfrutar de las vistas.