La localidad de Brión, en la provincia de A Coruña, tiene su punto de mayor relevancia histórica situado en un alto desde el cual se tiene una visión despejada de todo el valle de la Mahía. Hablamos de las Torres de Altamira, las ruinas de lo que queda en pie del antiguo castillo medieval que se levantó en el siglo IX en el lugar y que perteneció a la casa matriz de la familia Moscoso. Actualmente las ruinas están declaradas como Bien de Interés Cultural.
Más de mil años
La fortaleza a la que pertenecían estas torres hoy en ruinas tiene una historia de más de mil años en sus paredes, pues el castillo se levantó en Brión durante el siglo IX. Lo hizo además encima de las ruinas de lo que antes fue la población castrense que habitaba la zona, el conocido Castro de Altamira.
Fue éste un edificio objeto de ataques y guerras y ya en el siglo XI el edificio fue atacado por Gonzalo de Moscoso, siendo destruido el primitivo castillo para su posterior reconstrucción y vinculación con la propia familia Moscoso, una casa de renombre y poder en la Galicia de la Edad Media.
La reedificación de los Moscoso, no sin dificultad por las prohibiciones reales de levantar fortalezas en Santiago, se mantuvo en pie hasta que la Revuelta Irmandiña lo fijó como objetivo. Superado el ecuador del siglo XV el castillo fue asediado de nuevo por los sublevados.
No fue ésta la única guerra que vivió la fortaleza en este siglo, pues años después el Castillo de Altamira fue escenario de la batalla de Altamira entre el clero de Galicia y los nobles. Fue este un momento importante en el desarrollo del edificio, pues la fortaleza se hizo más grande y robusta al ganar más torres que diesen altura y robustez al castillo.
El comienzo del abandono de esta instalación fue ya en el XVII, cuando los condes que lo habitaban deciden fijar su residencia en otro pazo y el edificio se enfrenta a años de abandono. Sus piedras fueron aprovechadas para levantar otras construcciones como la capilla de Santa Minia y durante los siglos XIX a XX el edificio fue utilizado como cantera.
Las ruinas en la actualidad
Del viejo castillo hoy quedan en pie algunos restos de lo que fueron sus torres. Las ruinas están gestionadas por la Diputación de A Coruña desde el año 1973, estamento que hizo un trabajo de consolidación y limpieza para evitar que el viejo edificio se pudiese deteriorar todavía más.
El edificio en su máximo esplendor constaba de seis torres rectangulares y una poderosa muralla que las unía y protegía el pazo y la capilla tras ellos. Hoy solo podemos contemplar los restos de una de las torres con bóveda de cañón, la portada gótica con venta ojival de un corredor y la base de otra torre del siglo XV. También quedan restos de lo que fue el pozo del castillo.