Desecada en la década de los 50 y de la que actualmente se intenta recuperar su riqueza biológica mediante la regeneración de las charcas de las areneras abandonadas, la Laguna de Antela constituyó uno de los humedales de mayor extensión de la Península Ibérica.
Desecada en la década de los 50 y de la que actualmente se intenta recuperar su riqueza biológica mediante la regeneración de las charcas de las areneras abandonadas, la Laguna de Antela constituyó uno de los humedales de mayor extensión de la Península Ibérica.