La playa de A Lanzada, que ocupa los municipios de Sanxenxo y de O Grove, es uno de los arenales más conocidos de las Rías Baixas. Destaca por su arena fina y blanca y por los mas de dos kilómetros de largo que la convierten en un lugar perfecto para el paseo tanto en verano, por la orilla, como en otros momentos del año no solo por la arena sino también por las pasarelas de madera que se han instalado en su complejo dunar e intermareal.
Un arenal en tres tramos
Aunque la playa de A Lanzada parezca a simple vista un largo arenal de unos dos kilómetros y medio, lo cierto es que es mucho más amplia si se tienen en cuenta las playas adyacentes con las que se comunica. Por un extremo está la playa de Lapa y por el otro la de Areas Gordas. En total se superan ampliamente los tres kilómetros de largo si se suman todos los tramos.
Su ubicación, al suroeste del istmo que une la comarca con la península que conforma el municipio de o Grove, la convierte en un lugar protegido desde el punto de vista natural y ecológico. El complejo dunar e intermareal de A Lanzada está protegido por la Red Natura 2000.
El entorno, la calidad de la arena y la de las aguas sirven para que la de A Lanzada cuenta año tras año con la distinción de calidad de la Bandera Azul. A esto hay unirse también los servicios de aseos, duchas, salvamento y socorrismo y servicios de hostelería que completan la oferta. La playa cuenta además con amplios aparcamientos para acoger al importante volumen de personas que la frecuenta en verano.
Deportes náuticos
La Playa de A Lanzada es una de las favoritas para los amantes de los deportes náuticos en las Rías Baixas. Hablamos de un arenal en el que el oleaje suele ser importante durante todo el año al tratarse de un lugar que no cuenta con la protección de ninguna de las rías gallegas y por lo tanto está abierta al mar.
A Lanzada es un lugar para el sur, el windsurf o el kitesurf. En sus aguas se celebran a menudo competiciones y hay escuelas y campamentos de surf todos los veranos para enseñar a niños y mayores a manejarse sobre la tabla surcando las olas del lugar. Los surfistas gallegos suelen pasarse por este arenal en cualquier momento del año para disfrutar de sus olas y practicar su deporte favorito.