El Altar de Adai es uno de los monumentos megalíticos destacados del término municipal del Lugo. Se aloja a pocos kilómetros del centro de la ciudad, en el alto del Monte das Penas do Caldeiro.
Sin iguales conocidos
Hablar del altar de Adai es hacerlo de un conjunto arqueológico de los de mayor interés en toda Galicia, palabras mayores hablando de la comunidad gallega y sobre todo de una Lugo dominado por las construcciones romanas.
El Altar de Adai, en el lugar de Pedra Fita, es una piedra con forma de elipse ubicada y con unas dimensiones de 12x6 metros. De ella llaman la atención los 18 agujeros que rodean la roca y que fueron labrados y unidos entre sí por un canal esculpido. En el centro hay dos pilas de cierta profundidad, una de forma redonda y la otra más cuadrangular, también unidas entre sí.
No existen ejemplos de nada igual en toda la península y por ello no se ha podido descubrir cuál era la función que los prehistóricos daban a tan singular espacio. Entre las múltiples teorías, hay quienes apuntan a la religión, pero también los hay que hablan de estos agujeros como anclajes para levantar una cabaña. Tampoco se tienen referencias claras de su cronología, que podría estar unos 4.000 años atrás.
Además del altar por esta zona a más de 500 metros de altura se encuentra varios petroglifos un menhir y un dolmen.