Aldeas abandonadasEn la localidad de A Gudiña, en la provincia de Ourense, se encuentran las Antiguas Viviendas Ferroviarias de A Venda da Capela, un conjunto de edificios que encierran una historia única. Estas construcciones se erigieron para dar alojamiento a los trabajadores que participaron en la ardua construcción del ferrocarril que conecta Ourense y Madrid.
Mediados del siglo XX
Ubicadas en la parroquia de Parada da Serra, cerca de la estación de A Venda da Capela, perteneciente al municipio de Vilariño de Conso, estas viviendas son un conjunto de cinco estructuras de piedra y ladrillo. Sus tejados a dos aguas y ventanas rectangulares les otorgan un aire de encanto rústico.
Cada vivienda consta de dos plantas y alberga diversas habitaciones, incluyendo cocina, comedor, dormitorios y baños. Algunas cuentan incluso con un pequeño patio o jardín. En la actualidad, solo una de las viviendas sigue habitada, mientras que las demás yacen abandonadas y en estado de ruina.
Las viviendas ferroviarias surgieron durante las décadas de 1940 y 1950, cuando se acometió la construcción del tramo ferroviario que conecta Ourense y Madrid, un proyecto que se caracterizó por su complejidad y tardanza en Galicia. Esta sección de la línea ferroviaria abarca 135 kilómetros y atraviesa el escarpado sistema montañoso que separa la Meseta de la costa atlántica. Para superar este desafío, se trazaron numerosas curvas, pendientes y túneles, como el extenso túnel de Padornelo, que se extiende por 6 kilómetros, o el túnel de O Espiño, de 8 kilómetros. La construcción requería la labor de más de 15,000 trabajadores, de los cuales muchos perdieron la vida debido a las duras condiciones laborales o a enfermedades como la silicosis.
Estas viviendas fueron destinadas a los empleados de Renfe que asumieron la tarea del mantenimiento y vigilancia de la línea ferroviaria una vez finalizada la construcción. Además, contribuyeron a la edificación de la estación de A Venda da Capela, que se erigía como punto de carga y descarga de pasajeros y mercancías. El nombre de la estación proviene de una venta o posada que solía existir en la zona y alojaba a caminantes y peregrinos que transitaban por el camino real hacia Santiago o la costa. De hecho, la Sierra de la que forman parte estas viviendas es atravesada por el Camino de Santiago de la Vía de la Plata o Camino Mozárabe.
