El río Lérez, a su paso por Pontevedra, contaba en el pasado con un balneario que hoy está en estado ruinosos. Se trata de unas instalaciones centenarias pegadas a la senda fluvial que hoy nos lleva hasta la presa de Bora.
Más de un siglo
El Balneario de Pontevedra fue inaugurado en el año 1906 y se mantuvo en funcionamiento durante menos de dos décadas. Fue un emigrante retornado, Casi miro Gómez, quien puso en marcha este proyecto tras adquirir los terrenos de lo que era la antigua Alquería de San Antonio Abad.
Aquí instaló primero una residencia a comienzos del siglo XX y después amplió con un balneario al que asistían la flor y la nata de la sociedad pontevedresa y que fue ganando en fama por el valor de las aguas de sus manantiales, las cuales eran consideradas minero-medicinales e incluso reciben algunos galardones por si calidad. La instalación contaba, además de con las salas de balneario, con un hotel y una zona de merendero.
Pero el balneario empezó su declive a raíz de la Primera Guerra Mundial y el regreso del promotor del proyecto a Argentina. Hoy de aquel esplendoroso balneario apenas quedan las ruinas de los edificios.