La ciudad de Ferrol contaba con una importante estructura defensiva, con castillos y baterías que siglos atrás dotaban de protección a toda la ría para que ninguna incursión marítima pudiese llegar hasta la base naval ubicada en la ciudad. La Batería de Punta Viñas es una de estas estructuras defensivas de la ría.
¿Cómo era la batería?
La Batería de Punta Viñas se levantó durante la primera mitad del siglo XVIII, concretamente en el año 1739 y dos décadas después se decidió ampliarla para dar cabida hasta a 17 cañones y más de medio centenar de militares junto a todo el material necesario para accionar el arsenal defensivo de la batería. A finales de siglo volvió a ser objeto de nuevas reformas para ampliar el polvorín, el cuartel y para mejorar las instalaciones construyendo un horno donde calentar los proyectiles antes de ser disparados.
La fortaleza que podemos ver hoy en Cabo Prioriño, tras ser trasladada, es visitable y fue objeto de obras de reconstrucción y señalización para explicar para qué servía con diferentes paneles informativos. Pueden verse hoy restos de lo que era el cuartel, la estructura del horno de bala roja o el polvorín.
El traslado
Con la desmilitarización de las diferentes estructuras defensivas ferrolanas este tipo de baterías dejaron de ser necesarias y cayeron en el abandono. En el caso de la batería de Punta de Viñas su estado de conservación era mejor que el de otros puesto defensivos y las autoridades decidieron trasladarlo a una nueva ubicación a poco más de medio kilómetro de su ubicación original, en Cabo Prioriño.
El motivo del traslado, que se dio por finalizado en el año 2007, fue la ampliación del puerto de Ferrol con la construcción del puerto exterior que se acometió a finales del pasado siglo.