Cárcel de la Corona de Ourense

La cárcel de la Corona es un edificio situado en la ciudad de Ourense y que en siglo XVIII albergaba la prisión episcopal. Este centro de reclusiones era conocido popularmente como la cárcel de la corona por el característico corte de pelo que usaban los presos allí. Un peinado que también se conoce como tonsura. La cárcel fue restaurada a mediados del siglo pasado y actualmente forma parte del Ayuntamiento. Actualmente allí se encuentran los servicios sociales municipales.

Su construcción se llevó a cargo por orden del obispo Fray Juan Muñoz de la Cueva, quién también edificó el Palacio Episcopal que hoy es el Museo Arqueológico. Se trata de una construcción enteramente de estilo barroco y en cuya portada se puede ver el escudo del obispo que lleva la fecha de 1718, también en la puerta del Museo Arqueológico podemos ver el mismo escudo. En dicho escudo se distingue perfectamente la figura de un ciervo, una mitra obispal y unas borlas. La inscripción se puede leer el lema en latín “ad font es aquarium, sicut cervus desiderant”, en español, “Las fuentes de agua, como ciervos”.

La construcción de este centro de reclusiones episcopal supuso un avance en cuanto al bienestar de las personas que debían cumplir condena, pues hasta su construcción en 1719, todos los condenados eran enviados a pagar la pena correspondiente a las mazmorras que estaban en el Palacio Episcopal. Las condiciones de confort para los presos mejoraron considerablemente con el cambio. Otro detalle no menor que aceleraba y agilizaba los procesos penales en la época era que, tras la construcción de la Cárcel de la Corona, todas las audiencias judiciales se celebraban ya en el propio edificio.

La Cárcel de la Corona de Ourense se encuentra situado en la calle Obispo Carrascosa, 16. El edificio está enfrentado a un lateral del museo arqueológico provincial de la ciudad. En dicho lateral se puede ver un pequeño jardín en el que luce el busto del historiador y fundador del museo, Ferro Couselo. También hay un cruceiro concebido en los talleres de Antón Faílde. Desde los arcos acristalados que se sitúan frente a la puerta de la cárcel se pueden ver también unas importantes piezas del museo, como os mojones kilométricos del Imperio Romano.