Castillo de A Peroxa

El Castillo de A Peroxa es de la época medieval, pero de origen desconocido. Se encuentra situado en lo alto del valle del regato Rial, afluente del Río Miño, con vistas a la comarca do Val do Miño. Esta construcción es también conocida como el Castillo de San Xes de A Peroxa por encontrarse situado en esta parroquia. Está considerado Bien de Interés Cultural desde el año 1994.

¿Cómo es el castillo de A Peroxa?

El Castillo es de planta poligonal reforzada por cuatro torreones semicirculares, dos de ellos en las puertas de acceso, el torreón situado a la izquierda de la puerta todavía conserva el puesto de guardia, y en el centro del castillo se situaba la Torre del Homenaje. Fue edificado encima de los restos de un castro que ya habían trabajado el entorno con fines defensivos.

Hay poco conservado actualmente de lo que realmente fue este castillo en sus años de esplendor. Hoy podemos contemplar lo que son las bases de sus viejos muros y los cimientos de la torre del homenaje. También se conserva un alpendre, un aljibe y un molino.

La historia del Castillo de A Peroxa

Aunque el origen del Castillo es desconocido, se cree que fue construido en el reinado de Alfonso II de Asturias en el año 793 por los Señores de Temes para la defensa de sus tierras de posibles incursiones de los musulmanes. El castillo fue levantado en una zona que ya de por sí poseía unas poderosas barreras defensivas naturales y con dominio aéreo sobre todo el entorno. Hoy en día se puede llegar a discernir la propia ciudad de Ourense desde la loma de casi 500 metros de altura.

Posteriormente el castillo fue ocupado a partir del siglo XIII por el Señor de Ribadavia siendo legado a sus descendientes, los Sarmiento. Como curiosidad, este fue de los pocos castillos de Galicia que no fue asediado por la revolución Irmandiña del siglo XV, aunque sí acabó afectado después por las desamortizaciones del XVIII.

Tras la desamortización se le encontró una nueva función a la construcción, que durante el XIX fue sede de las dependencias municipales de A Peroxa hasta que, ya en el siglo XX, fue adquirido por Artemio Fernández, quien vendió la piedra de la Torre del Homenaje para la construcción de la actual iglesia de A Peroxa. Se dice que la venta se produjo por una simbólica cantidad de unas 500 pesetas (3 euros).