El concello de Pereiro de Aguiar, cerca de la frontera con Ourense, esconde un tesoro histórico: el espectacular conjunto del Castro de Santomé, testigo de más de dos milenios de historia. Estratégicamente ubicado a 245 metros junto al valle del Río Loña, este lugar ha sido hogar de diversas civilizaciones a lo largo de los siglos, dejando un legado fascinante.
Descubierto el siglo pasado
Descubierto en los años 20 del siglo XX, el Castro fue objeto de excavaciones en los años 70 por Manuel Blanco Guerra. Con el cambio de siglo se volvió al trabajo de campo fruto de unos trabajos de consolidación, reconstrucción y musealización. Hoy, el sitio está completamente acondicionado, señalizado con placas informativas y ofrece un paseo ampliado que culmina en la zona del castro, brindando a los visitantes una experiencia enriquecedora.
Este enclave ofrece una vista privilegiada que abarca gran parte del valle donde se asienta la ciudad de Ourense, otorgando una posición estratégica incomparable para la defensa de cualquier asentamiento. Los vestigios prerromanos, testigos de la cultura castrexa, se aprecian en las ruinas de edificaciones circulares y en los restos de una torre de vigilancia en la cumbre.
La huella romana en el Castro es imponente: se vislumbran mansiones cuadrangulares, calzadas y vestigios reconstruidos que denotan la importancia que tuvo este poblado durante la romanización. Más tarde, fue ocupado por una civilización con rasgos galaico-romanos, evidenciando una rica mezcla cultural.