El Castro de Troña se encuentra situado en el municipio de Ponteareas, en la parroquia de Pias, en el monte del Dulce Nombre de Jesús llamado así porque allí se encuentra la ermita dedicada al Dulce Nombre. Es un antiguo poblado que pudo haber surgido en el siglo VI a.C. Fue declarado en el año 2009 como Bien de Interés Cultural.
¿Cómo es el Castro?
El Castro de Troña tiene sus inicios unos 600 años del comienzo de nuestra era, pero se sabe que tuvo su esplendor hacia los siglos I a.c y II d.c. Con la llegada de los romanos la población pierde su peso y acaba poco a poco cayendo en la despoblación y el abandono.
El poblado castreño de Troña posee forma elíptica y presenta amplias terrazas en la pendiente oeste. Presenta un complejo sistema defensivo compuesto por murallas, parapetos y un ancho foso excavado en la roca que lo aísla de los montes situados más altos que él, lugar por donde accedían los enemigos al castro.
Podemos observar las murallas que cierran completamente el recinto castreño, el grosor de estas murallas es de unos 5 metros y su altura varia de 2 a 5 metros. Destaca el torreón que posee la primera muralla en su parte. Este, que es uno de los pocos ejemplares que hay en el noroeste de la península. Hay dos parapetos formados por piedra y tierra, de unos 6 metros de longitud y 3 metros de altura, que protegen el castro por el lado Noroeste.
En el nacimiento del castro se puede ver un profundo foso de unos 18 metros de altura y 10 metros de ancho en su fondo, está excavado en la roca y actualmente pasa por él el camino que accede al castro.
Se han encontrado construcciones para uso común como los aljibes y las fuentes arqueológicas, que demuestran la existencia de habitáculos para depósito de grano, así como una gran abundancia de molinos de mano para molerlo. Destaca en el poblado un petroglifo que se encuentra sobre una roca próxima al aljibe con forma de serpiente denominada "Serpe de Troña".
Los trabajos en el castro
Se tienen las primeras referencias del Castro luego de unas obras realizadas a comienzos del pasado siglo XX, cuando se estaba acondicionando el camino a la iglesia del Dulce Nombre y la cima del monte. Ya en el año 1929 se hacen las primeras excavaciones en el castro y se hayan numerosas piezas de cerámica, alfileres, hebillas, hachas de hierro, colgantes y monedas romanas, se encuentran en el Museo Arqueológico de Vigo y en el Museo Municipal de Ponteareas. Tras estas investigaciones el castro vuelve al abandono hasta que se retoman los trabajos ya en la década de los 80.
Como resultado de las primeras excavaciones han quedado al descubierto unas 30 construcciones circulares, el foso y la muralla defensiva del lado occidental. En el poblado castreño se pueden apreciar los restos de numerosos edificios, la mayoría de ellos de planta circular y en otros podemos observar el vestíbulo que distinguían a las clases sociales, también hay castros de planta cuadrada y rectangular propios de los poblados romanizados.