La Ferrería de Paradaseca es un pequeño un tesoro histórico y cultural ubicado en el municipio de Quiroga, en la provincia de Lugo. Se trata de un testimonio tangible de la próspera industria siderúrgica artesanal que floreció entre los siglos XVI y XIX en esta región.
En ruinas
La ferrería, estratégicamente situada a orillas del río Sil, utilizaba la fuerza del agua para alimentar un martillo que, con precisión milimétrica, trabajaba el hierro fundido. Este material provenía de la reducción del mineral extraído de las minas circundantes. El resultado final era un abanico de productos, desde barras hasta herramientas y clavos, que se integraban en la vida cotidiana de la comunidad.
La estructura de la ferrería, ahora en un estado de ruina, incluía no solo la maquinaria, sino también una residencia para el maestro herrero y sus colaboradores. Elementos adicionales como un horno, una fragua y un depósito de agua completaban este complejo industrial que fue testigo del auge y la caída de una época.
A medida que el siglo XIX llegaba a su fin, la ferrería, como muchas otras, cerró sus puertas. La modernización industrial y el agotamiento de las minas dejaron su marca. Sin embargo, la Ferrería de Paradaseca, aunque abandonada, retiene con dignidad vestigios de su glorioso pasado.
El acceso a este rincón histórico se logra a través de un sendero desde la aldea de Paradaseca, en la parroquia de Gorgueira. El entorno natural que rodea la ferrería es un espectáculo en sí mismo, con bosques de robles, castaños y abedules que pintan un paisaje impresionante con vistas al valle del Sil.