Casi a orillas del río Miño, en la localidad de Tomiño, se encuentra una estructura defensiva construida para la defensa de la zona fronteriza con Portugal. Se trata de la Fortaleza de San Lorenzo de Goián. El recinto está protegido por Patrimonio desde el año 1949.
Una estructura defensiva mayor
La fortaleza de San Lorenzo de Goián no es más que uno de los baluartes defensivos del sistema fronterizo que refuerzan otras estructuras como las de Nuestra Señora de la Concepción, Santiago Carrillo de Medos, el Forte da Barca, el de As Chagas o las torres de Os Ratos y Os Correa, así como los baluartes del lado portugués de la frontera. Justo en frente está la localidad de Vilanova de Cerveira con el Forte de Sao Francisco de Lovelhe.
En el caso de la Fortaleza de San Lourenzo de Goián, fue levantado como un elemento más de vigilancia que defensivo con el fin de ejercer un control constante de la frontera fluvial o la Raia, como se llama a la frontera entre Galicia y el país luso.
San Lorenzo de Goián es una estructura levantada durante el siglo XVII en el contexto de la Guerra de la Restauración portuguesa. El edificio se levantó con bloques de granito y tiene planta en forma de rectangular. La fortaleza se levantó sobre los restos de un antiguo baluarte defensivo ocupado por Portugal y conocido como Fortín da Barca.
La fortaleza tiene forma de estrella y consta de cuatro baluartes en cada una de sus esquinas con sus correspondientes garitas, tres por baluarte. Poco queda en el interior de la fortaleza, si bien se tiene conocimiento de que la fortaleza original contaban con diferentes dependencias como almacenes, viviendas, una capilla, almacenes y cuadras además de cantina y panadería.
Un foso de más de 10 metros de ancho rodea toda la estructura y para atravesarlo y acceder al interior de la fortaleza por la puerta principal se debe cruzar un puente de seis arcos que da acceso a una entrada decorada por dos escudos.
Puesta en valor
Con el paso de los años el clima de posible conflicto bélico entra Galicia y Portugal ha quedado solo como un recuerdo y este pedazo de la historia de Tomiño se conserva como un lugar de recuerdo histórico al que acudir para pasear y para disfrutar de unas grandes vistas del río Miño en su fase fronteriza.
En el año 2012 el ayuntamiento trabajó en poner en valor la zona que conocen como Espazo Fortaleza, acondicionando el fuerte para las visitas y transformando el entorno para trabajar en un espacio de ocio y paseo con playa fluvial.