En las afueras del municipio de Lalín tenemos un Monumento Natural por explorar, la conocida como Fraga de Catasós. Un paseo por este espacio natural en la comarca del Deza nos permite descubrir cómo un bosque autóctono gallego, superficie que antes formaba parte de buena parte de la geografía gallega en su conjunto antes de que la especie invasora del eucalipto dominase los montes gallegos.
Monumento Natural
La Fraga de Catasós está considerada y protegida bajo la categoría de Monumento Natural y en ella encontramos grandes altos y centenarios ejemplares tanto de robles como de castaños, especies caducifolias que ofrecen un paisaje muy diferente según la estación del año.
La Fraga de Catasós llega a ocupar una extensión de 5 hectáreas de arboleada y zona verde perfecta para descansar, pasear o detenerse a la sobra de las especies arbóreas antes citadas o de los alcornoques. Algunos de estos árboles pueden presumir de estar entre los de mayor altura de todo el viejo continente. Muchos fueron plantados en el siglo XIX en la zona que se conoce como Carballeira de Quiroga. El objetivo de su plantación era el aprovechamiento de su noble madera para la construcción de las vigas de casas nobles.
La zona se encuentra perfectamente señalizada y a través de los paneles informativos que encontramos en la Fraga podemos aprender más acerca de la historia de este lugar, su distribución y también de las diferentes especies que la pueblan y le dan vida.
La historia en un árbol
El Espacio Natural de Interés Local que es la Fraga de Catasós se ha tratado de preservar de forma casi inalterable, dejando a la naturaleza modificar el paisaje y renovarse cada año con la caída de las hojas en otoño, la cual ofrece un paseo entre la hojarasca de lo más entrañable. El paseo es cómodo, sencillo y pensado para toda la familia tanto en meses de más calor, donde encontraremos una gran aliada en la sombra de los árboles, como cuando el frío empieza ya a hacerse notar en la hoja caduca. La ruta por la fraga es de formato circular y pensada para hacerse tanto a pie como en bici.
La naturaleza ha ido también haciendo mella en este bosque y un ejemplo muy interesantes que nos invita a poder conocer la historia y la edad de esta zona es uno de los árboles caídos en medio del bosque. Un castaño caído como consecuencia de un temporal sirve al visitante, ayudado por la interpretación de un panel justo a su lado, a contar los años de historia de la Fraga. Hasta 270 años se pueden contar si observamos los anillos del tronco de este árbol derribado por un huracán en el año 1984.